Los voceros son analistas y ex funcionarios públicos que quieren volver a serlo y encuentran que la vía más eficiente es anunciar una situación de escasez que sólo ellos sabrían cómo manejar.
También están las presentaciones del presidente del COES que nos alertan sobre posibles consecuencias de políticas equivocadas o la demora en la toma de decisiones sobre temas críticos.
Existe un abismo de diferencia entre unos y otros. El COES opera el sistema y por lo tanto conoce sus debilidades y fortalezas; podría quedarse callado y no pelearse con el ministro de turno; sin embargo, opta por tomar la ruta difícil de alertarnos sobre las consecuencias de mantener el esquema "business as usual" y sus costos. Además de operar el sistema es una suerte de "Pepe Grillo" que nos alerta, casi siempre a tiempo, sobre escenarios inconvenientes para el desarrollo del subsector eléctrico.
El informe del BBVA Banco Continental advierte que hasta agosto del presente año "podrían producirse no sólo suspensiones abruptas, sino hasta racionamientos programados del servicio". En buen romance nos come el león sí o sí ya que el plazo para tomar medidas de fondo resulta insuficiente, salvo dedicarnos a organizar el racionamiento.
Por el contrario, la última presentación del presidente del COES, Ing. César Butrón, en el Día de la Energía (ver www.lq.com.pe), plantea luces ámbar para el 2012 que podrían tornarse a rojas recién en el 2016 si todo se mantiene igual.
El balance oferta demanda resulta bastante claro. Por un lado, hay una potencia efectiva de 6,444 MW frente a una demanda máxima (durante el 2011) de 4,911, lo que representa un crecimiento de 8.34% con relación al 2010. Sin embargo, la demanda crecerá en promedio a 6.9 % entre el 2012 y 2016 por lo que se requiere inversión adicional para mantener el balance. Por otro lado, también tenemos problemas con las líneas de transmisión ya que existe superávit en el centro y déficit en el norte y centro.
Por suerte existen importantes inversiones en generación térmica y en centrales hidroeléctricas, y en transmisión en construcción o próximas a terminar sus permisos para iniciar construcción que permitirán restablecer el balance cuando menos hasta finales de la actual administración. No es esta la ocasión para mencionar en detalle dichas obras (los interesados las pueden encontrar en las páginas web del MEM o del COES).
Se afirma que el margen de reserva eléctrica que es actualmente de 6% (lo ideal sería que se mantenga entre 20% y 30% en particular en época de estiaje) podría llegar al mismo nivel en el 2016 a pesar de las centrales que entrarían en operación en dicho período. Una pequeña salvedad con dicha proyección.
Muchas veces se pronostica el crecimiento de la demanda a niveles bastante optimistas sin tomar en cuenta, por ejemplo, que los grandes proyectos mineros que generan nuevas demandas también sufren retrasos de uno o varios años. Los casos de Tía María, Conga e incluso Chinalco demuestran que esto es cierto. Además, por más que se afirme lo contrario, la entrada en vigencia de la Ley de Consulta Previa tendrá en los primeros años impactos negativos en los cronogramas de inversión.
Sin embargo, no podemos dejar que factores totalmente aleatorios nos garanticen el adecuado balance de oferta y demanda eléctrica. Para eso se requiere, tal como propone el presidente de COES, un adecuado sistema de planificación sectorial, tema central del Día de la Energía y que debería encontrar acogida entre las prioridades del MEM.
En suma, hechas las sumas y restas, si bien el equilibrio resulta un tanto precario, no se vislumbran apagones inmediatos como anticipa el informe del BBVA Banco Continental. Compartimos la preocupación de institucionalizar la planificación en el sector.
¿Cree usted que la creciente demanda de energía será satisfecha adecuadamente?