En dicha nota comenté los resultados de un estudio1 que identificó 2 hábitos comunes en la gente que usualmente cumple lo que se propone2: Internalización y Automonitoreo. En esa ocasión también cité a la RAE para hacer notar que eficacia y efectividad son sinónimos, a diferencia del inglés, donde efectividad tiene un sentido más amplio.
Precisamente, Covey definía efectividad como la capacidad de ser eficaz de una manera que nos permita lograr más de lo que nos proponemos. Personalmente, la interpretación que le doy es que se refería al alineamiento de objetivos mediante el uso de cadenas causa-efecto y simultáneamente, de jerarquías3.
¿Internalización y monitoreo se aplican a nivel organizativo? Veamos.
Una encuesta de Bain & Company de 2011 a nivel mundial mostró que las definiciones de Visión/Misión y el Planeamiento Estratégico son dos de las tres herramientas más usadas. Además, se sabe que tales definiciones deben ser comunicadas y luego internalizadas por el personal de la organización.
Por otra parte, no se requiere una encuesta para reconocer la amplia difusión del Balanced Scorecard. Este modelo se hizo conocido inicialmente por mostrar la importancia del monitoreo de indicadores como medio de reducir la brecha entre Planes Estratégicos y su implementación.
Como se puede notar, las empresas también buscan mejorar su eficacia aplicando internalización y (auto) monitoreo.
Regresemos al plano individual. ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra eficacia a nivel personal?, es decir, "¿cómo podemos ser más ejecutivos?". A continuación algunas sugerencias.
Profundizar mentalmente en nuestros propósitos, buscando darles la forma más precisa posible, incluyendo en ello el fijar metas cuantitativas. Ejemplos: "duplicaré mi velocidad de lectura", "obtendré mi título profesional con calificación mayor a 18/20", "reduciré mi peso en 8 kgs", etc.
Para fijar bien el objetivo en nuestra mente conviene dedicar algunos minutos en un diálogo interior tratando de crear imágenes mentales que nos anticipen los beneficios de haber logrado dichas metas.
Enfoques similares son propuestos por practicantes de la PNL, el Control Mental, y algunas técnicas de autoayuda.
Revisar periódicamente nuestros avances para tomar acciones preventivas o correctivas.
El método de un amigo para mantener su peso consiste en pesarse todos los días, y cuando la balanza le muestra malas noticias, reduce la cantidad de sus próximas comidas.
Otro ejemplo de automonitoreo que aprendí en secundaria fue cuando seguí un curso de lectura veloz. Cada lunes pasaba una evaluación que consistía en leer una breve narración. Al terminar debía registrar el tiempo que me había tomado y responder a un test de comprensión de lectura.
Bastaba dividir el número de palabras del texto entre el tiempo dedicado para saber mi velocidad en palabras por minuto. Adicionalmente, el solucionario del test me permitía saber el % de aciertos. Semana a semana debía mostrar que mi velocidad aumentaba sin que mi nivel de compresión disminuyera.
Cuando no se dispone de metas cuantitativas, se pueden usar cronogramas o listas de chequeo para hacer un monitoreo de actividades terminadas.
¿Cómo se vinculan estos 2 hábitos con los 7 de Covey? Los autores del estudio no lo indican. Lo dejo como tema de reflexión. Personalmente sí identifico dentro de los 7 a uno de ellos.
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1 David A. Kolb; Irwin M., Rubin, James Mcintyre H (1992). Psicología de las organizaciones: problemas contemporáneos. México. Prentice-Hall Hispanoamericana.
2 Ninguna de estas palabras figura en el diccionario de la RAE, sin embargo su difusión y utilidad para precisar de manera concisa estos dos conceptos, me animaron a emplearlos. Otras alternativas eran: "aprehensión" y "autocontrol".
3 Es conocida la representación en pirámide de los objetivos de una empresa, así como las relaciones de causalidad en mapas estratégicos (BSC), marco lógico y otras herramientas de apoyo a la gestión por resultados.
Fundador de Metodologías + Soluciones (M+S). MBA, U. del Pacífico, Posgrado en el Programa de Alta Dirección de la U. de Piura, Ingeniero de Sistemas, UNI. Laboró en los grupos empresariales: Banco Continental, La Fabril, Credicorp (Ordenadores S.A. y Pacífico Seguros). Como consultor de negocios ha implementado más de 300 sistemas de gestión y ejecución, a nivel estratégico y operacional, para organizaciones de primer nivel. Conferencista y consultor internacional en tendencias tecnológicas y metodológicas. En los últimos tiempos viene implementado modelos de transformación estratégica que integran OKR’s, KPI’s, Scrum y BSC.