Pero la asignación y uso del espectro, por sí mismos, no garantizan en modo alguno el éxito comercial de una empresa, pues si bien este recurso es necesario para prestar servicios públicos de telecomunicaciones y como tal tiene un valor, no es el único que necesitan las compañías para prestar el servicio de telefonía móvil. Ellas necesitan también contar con activos tangibles e intangibles.

Es por ello que se considera que el monto obtenido por Osiptel no responde al valor del espectro radioeléctrico, sino a una seudovalorización de la empresa. Los cálculos se han desarrollado sobre la base de una proyección de flujos de ingresos de la empresa, sin excluir los activos intangibles de la misma como la marca, la gestión comercial, las inversiones en capacitación y entrenamiento de ejecutivos y trabajadores, acuerdos comerciales y costos, adquisición e implementación de sistemas informáticos, que en la realidad son parte fundamental del activo intangible de cualquier empresa.

Esto indica que la metodología utilizada no resulta aplicable, ya que en el caso de que una empresa genere pérdidas, ello implicaría que dicho espectro no tiene valor. Además de ser un método con datos adaptados para establecer cargos de interconexión y no para valorizar el espectro.

En ese sentido, una metodología idónea y con buenos antecedentes es la de las transacciones comparables (benchmarking), que ha utilizado nuestro país en los últimos seis años para las licitaciones internacionales de espectro. Estos procesos mostraban valores de US$ 0.88 MM (América Móvil), US$ 0.9 MM (Nextel) y US$ 1.08 MM (Viettel) por MHZ, por lo que, si el Estado pretendiese fijar el monto de renovación en US$ 16.6 millones por MHZ ello implicaría un aumento de 17.3 veces su valor anterior.

Gráfico 1: Precio por MHZ (US$)

Fuente: Elaboración propia

Tengamos en cuenta que quien finalmente asume el valor es el usuario, al ser un costo de prestación del servicio que se verá reflejado en las tarifas. Por esta razón, se debe de tener especial cuidado al establecer el valor del espectro para cualquier empresa.

Además, recordemos que una de las principales metas de nuestro país debe de ser el desarrollo de la banda ancha, la cual se vería complicada si los montos del espectro son demasiado elevados. Los perjudicados, una vez más, serían los usuarios, quienes tendrían que esperar más tiempo para contar con servicios móviles avanzados, indispensables para su desarrollo económico y social. Ello sumado a la posible pérdida de competitividad de nuestro país frente a nuestros vecinos, los cuales vienen impulsando licitaciones para brindar servicios de cuarta generación para una mayor implementación de la banda ancha en sus respectivos territorios.

En conclusión: si es intención del Estado desarrollar las telecomunicaciones como  medio de inclusión social, debe de tomarse en cuenta el beneficio de los usuarios y la competitividad del país como primer eje. En un escenario en que nuestra economía pasa por una inmejorable situación (US$ 60,000 millones en reservas), la recaudación no debería de ser la prioridad. Por el contrario, debería serlo el desarrollo de la infraestructura necesaria para llevar educación, salud y posibilidades de desarrollo económico vía las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC´s).

¿Cree usted que el aumento de los montos fijados por el Estado para la renovación de las concesiones de telefonía móvil traerá consigo mayores tarifas para los usuarios y pérdida de competitividad del país?

Esta entrada contiene un artículo de:

Aldo Bresani

PhD (c) Management Sciences ESADE, MSc in Electrical Engineering y MSc in Systems Engineering, U.S. NPS, California, EE.UU, MBA de ESAN. Director de B3 Corp, gerente ejecutivo de la Red Científica Peruana, gerente general de Geotel Comunicaciones.

Profesor de la Maestría en Dirección de Tecnologías de Información de ESAN