Cuando en mi afán por aportar una nueva mirada a quién pasa por un momento difícil le he dicho, "No te resignes. Si no puedes hacer nada para cambiar la situación acéptala; pero si tienes el poder para hacer algo hazlo". La respuesta que he recibido ha sido "No entiendes nada". Lo cierto es que si lo entiendo porque lo he experimentado, pero en aquellas circunstancias también he conocido los beneficios que tiene el elegir lo que creo que le aporta mayor valor a mi existencia. 

Todos pueden elegir 

Cuando se descubre el poder que trae consigo el elegir este puede ser aplicado no solo en las circunstancias más difíciles de la vida sino también en las cotidianas. A continuación un ejemplo de cómo a diario se evidencia este poder en nosotros.  

Resignación: "¡Es injusto! Tendré que ir el domingo a la oficina porque a mi jefe se le ocurrió hacer una reunión de integración y si no asisto va a pensar que no estoy comprometido con la empresa. No me queda otra alternativa más que ir". 

• ¿Cómo se siente al respecto? 

Es posible que se sienta frustrado, enojado, impotente y triste. Qué piense que el jefe es el culpable del cambio de planes y que no hay nada que se pueda hacer para pasar el día de manera diferente. 

• ¿Cuáles serían las consecuencias de elegir no asistir a la reunión? 

"De no asistir a la reunión de integración esto podría influir en la imagen que el jefe tiene sobre mí. Además, tendría que escuchar los reclamos de mi jefe y compañeros".

Cuando se descubre el poder que trae consigo el elegir este puede ser aplicado no solo en las circunstancias más difíciles de la vida sino también en las cotidianas.

Las elecciones abren caminos

Si las preguntas continuaran se evidenciaría que la persona del ejemplo tiene el poder de elegir aunque inicialmente no lo parezca. Y es que si decidió asistir a la reunión de integración, ello implica que tomó la decisión de no pagar el precio de la otra elección. Se decidió no afectar la imagen ni escuchar reclamos por parte del jefe y compañeros de trabajo. En caso contrario, si lo que se planeaba el domingo era muy importante, posiblemente la persona no asistirá a pesar del costo que implica no hacerlo.

Asumir el protagonismo

Cuando nos damos cuenta de que tenemos el poder de elegir como responderemos a  cualquier situación, dejamos de sentirnos víctimas de las circunstancias y asumimos nuestro protagonismo. Esto implica a su vez aceptar la responsabilidad -responder con habilidad- y actuar de manera asertiva frente a los otros, quienes tienen el mismo derecho que nosotros a elegir su forma de ser y estar en el mundo.

Sin embargo, hay situaciones que traen consigo dolor y sufrimiento, como pueden ser la enfermedad y la muerte, que forman parte de la vida. En estos casos, también está presente el poder de elegir, y es que uno puede resignarse y teñir las experiencias con este estado de ánimo o puede aceptar la realidad y elegir dar una respuesta.

Aceptar lo que nos ocurre es un aprendizaje, una elección y también un proceso. Es dejar de pelear con lo que no se puede cambiar, dejar de culpar a otros por lo que sucede y empezar a hacernos cargo de nuestras emociones y sentimientos.

Se trata de ver la luz en el entorno y los motivos de felicidad que nos regala la vida. Es poner el foco de atención en los aprendizajes y experiencias que nos regalan las personas. Se trata de elegir cómo responder al considerar los recursos con los que se cuenta. "La aceptación nos convierte en protagonistas de nuestra vida y la resignación en víctimas".