Especialmente las de productos no tradicionales y particularmente las micro y pequeñas empresas.
Cabe indicar que el sector exportador no tradicional sufre las consecuencias de la crisis con una caída anualizada de 20%, la más grave desde 1983, cuando registró una disminución de 27%.
Como bien señala el ahora ex-presidente de la Asociación de Exportadores (Adex), José Luis Silva, la ampliación de la vigencia de la tasa de 8% para el drawback era algo necesario debido a que apenas se observa una frágil recuperación de la actividad productiva de las principales economías del mundo y los analistas coinciden en que tomará mucho tiempo para recobrar el dinamismo previo a la crisis internacional.
Según cifras del gremio exportador, entre enero y setiembre del 2009 fueron 1.490 las empresas beneficiadas con el drawback. En el mismo período, fueron 2.208 las empresas que dejaron de exportar, de las cuales sólo 24 se beneficiaban con este mecanismo, lo que demuestra la importancia del mismo para mantener la actividad de las empresas exportadoras. Se dan casos de empresas cuya utilidad es tan baja, que es precisamente el drawback el que las mantiene a flote.
¿Qué pasará después del 30 de junio del 2010? El MEF ha dispuesto para ese entonces una disminución de la tasa del drawback a 6,5%. Cabe recordar que hasta antes que la crisis afecte a las exportaciones la tasa del drawback era de 5%, siendo el nivel de 8% aplicado desde el 31 de enero de este año como una medida temporal en el marco del Plan de Estímulo Económico (PEE) desarrollado por el Gobierno. Se ha programado volver al 5% a partir del 1 de enero del 2011.
Considero que si bien el drawback resulta beneficioso para los exportadores no tradicionales, se debe abordar la promoción de esta actividad en forma integral, en un marco de desarrollo de la competitividad. En cuanto a la tasa en sí misma, no se puede mantenerla muy alta porque se trata de los recursos de todos los peruanos, ni eliminarla o disminuirla abruptamente pues ello afectaría a miles de trabajadores. Es preciso tomarle el pulso a la economía mundial y observar la evolución de las exportaciones no tradicionales para tomar la decisión más adecuada y equilibrada.