A pesar de que el desarrollo emocional es un factor clave en el rendimiento laboral de las personas, no siempre se le presta la atención debida. ¿En qué consiste la educación emocional y cómo podemos fomentarla en el trabajo?
En la actualidad, las organizaciones se esmeran por construir ambientes de trabajo más colaborativos e inclusivos. Para asegurar el éxito de este proceso, es necesario fomentar en toda la fuerza de trabajo el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. En pocas palabras, la educación emocional ha adquirido una relevancia cada vez mayor en el mundo empresarial.
Este concepto engloba todas aquellas capacidades mentales que permiten a las personas percibir, evaluar y expresar sus emociones, además de usar estas para facilitar el pensamiento y la toma de decisiones. También incluye la habilidad de autorregulación emocional, la comprensión de por qué pueden sentirse ciertas emociones en determinadas circunstancias y qué consecuencias positivas o negativas pueden generar, en nosotros mismos y en nuestra relación con los demás, según como se gestionen.
Si bien la educación emocional de toda persona es un proceso que comienza en su infancia, persiste durante las etapas de vida posteriores. Si este aprendizaje se realiza de forma correcta, es posible que lleven una mejor vida consigo mismos y con los demás. Entre las habilidades blandas que se potencian gracias a la educación emocional, destacan la empatía, la asertividad y la resiliencia.
La importancia de las habilidades emocionales para lograr el éxito empresarial se debe a que facilitan el trabajo efectivo en equipo, así como la colaboración y la resolución efectiva de conflictos. También incrementan la producción y la creatividad de los empleados, aumenta su resistencia al estrés y a la frustración, reduce el agotamiento, y les permiten tomar decisiones cruciales de manera más objetiva.
Las organizaciones que impulsan un entorno emocionalmente saludable también suelen ser más inclusivas, lo que les permite atraer y retener por más tiempo al talento humano, además de reforzar su compromiso y potenciar su rendimiento. A su vez, los líderes emocionalmente inteligentes construyen relaciones más sólidas con el personal a su cargo, les inspiran más confianza y manejan mejor las situaciones de alta presión.
Analicemos tres ejemplos de cómo actúa un colaborador con una educación emocional apropiada:
Las empresas que buscan construir un ambiente laboral más colaborativo y saludable deben preocuparse en invertir más en la educación emocional de su personal.
Referencias
Cuenta con más de 10 especializaciones en RR. HH. y más de 13 años de experiencia liderando áreas y procesos de Gestión del Talento Humano, en empresas nacionales e internacionales del sector Servicio, Entretenimiento, TI, Educación, Logística y Consultoría. Experta en Formación y Desarrollo de Competencias de líderes y colaboradores, Train the Trainers, Gestión del Desempeño, Gestión del Clima Laboral, Transformación Cultural, Gestión del Cambio, entre otros. Logró que dos empresas ingresaran al Ranking de las mejores empresas para trabajar del Perú por primera vez y una de ellas ocupó el 2do puesto a nivel de Perú y el puesto 22 de Latinoamérica. Logró la transformación de culturas organizacionales gracias a la formación y desarrollo de líderes. Magíster en Organización y Dirección de Personas por ESAN. Magíster en Psicopedagogía Socio-Laboral por la Universidad de Barcelona, España. Certificada como Coach Internacional por la ICC y como Scrum Máster Professional por CERTIPROF. Cuenta con estudios en Gestión Internacional de Recursos Humanos por ESADE, España e Indicadores de Gestión del Talento Humano por la Universidad de Externado, Colombia.