En mi diario conversar con muchas personas relacionadas, o no, a la salud y seguridad en el trabajo, me he dado cuenta de que las palabras "discapacidad", "incapacidad" e "invalidez" suelen usarse para expresar lo mismo o se intercambian con facilidad. Sin embargo, estos términos no significan lo mismo y, por lo tanto, deberían usarse de una forma más apropiada. A través de este artículo, se busca esclarecer el significado de cada una para evitar más confusiones.
Cuando hablamos de "discapacidad", nos referimos a una persona con una dificultad o deficiencia de salud (física o mental) que produce una interacción con su medioambiente (físico, social, educativo, etc.). Esta interacción puede ser positiva o negativa y, según el resultado, la discapacidad será de mayor o menor magnitud. Tener una discapacidad no significa que no se pueda progresar como persona, formar una familia o conseguir un trabajo.
Por ejemplo, digamos que Alfonso es parapléjico desde niño y no puede mover su cuerpo de la cintura hacia abajo. Gracias al apoyo de su familia, pudo usar una silla de ruedas y gracias a que su ciudad tenía espacios para que pueda movilizarse, pudo desenvolverse sin problemas. En su niñez pudo asistir al colegio y luego a la universidad, donde se convirtió en contador. En este caso, podemos decir que Alfonso tiene una dificultad física llamada paraplejia y la relación con su ambiente fue favorable.
Otro hubiera sido el caso si Alonso no tuviera apoyo familiar y viviese en una comunidad (un pueblo o ciudad) que no le ofreciera las condiciones para movilizarse con facilidad en los espacios públicos. En este contexto no hubiese llegado a la universidad y se tendría que quedar en casa o postrado, ante la falta de una silla de ruedas. Su dificultad física se mantiene, pero la relación con su ambiente es desfavorable para su desarrollo.
En los ejemplos de Alfonso, su discapacidad es de menor magnitud en la primera situación, y de mayor magnitud, en la segunda.
La "incapacidad" también indica una dificultad o deficiencia en una persona, originada por una enfermedad o accidente que le impide realizar sus actividades normales de capacidad laboral, con la repercusión económica que eso conlleva. La suma de incapacidades implica, finalmente, en el grado de invalidez y esto determina prestaciones del tipo indemnizaciones o pensiones.
Volvamos al ejemplo de Alfonso. Digamos que era una persona sin deficiencias físicas o mentales hasta que, por un accidente, quedó parapléjico a los 40 años. Esta secuela le cambiará su interacción con el medioambiente (uso de silla de ruedas, calles de la ciudad, ambientes de su casa, etc.). Por lo tanto, le generará una discapacidad y también una alteración en sus actividades normales de trabajo, por lo que presentará incapacidad laboral y un grado de invalidez.
Debo recalcar que la incapacidad y el grado de invalidez se determinan con base en las actividades normales de la capacidad laboral de la persona. En el caso de Alfonso, luego de sufrir el accidente y quedar parapléjico, aún podría desarrollarse y desempeñarse en otra labor, siempre y cuando su limitación se lo permita.
Como podemos apreciar, la "incapacidad" y la "invalidez" están relacionadas, sobre todo, con temas laborales, mientras que la "discapacidad" se vincula con un ámbito más amplio de interacción. Es importante saber usar cada término con propiedad para no discriminar a las personas.
Director Médico de la Clínica del Trabajador. Médico especialista en Medicina Ocupacional y Medio Ambiente por la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Máster en Ergonomía Laboral por la Universidad Científica del Sur. Máster en Sistema de Gestión de Calidad y Prevención de Riesgos Laborales por la Escuela Europea de Negocios. Diploma en Calificación y Evaluación de Invalidez y Discapacidad por la Universidad Científica del Sur. Diplomado en Epidemiología y desarrollo de estrategias contra infecciones virales respiratorias con enfoque en SARS-CoV-2. Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Juan Carlos Palomino, profesor de la Maestría en Organización y Dirección de Personas de ESAN, analizó en ATV+ el impacto de la variante Ómicron en las empresas y señaló las consecuencias de los contagios masivos en los trabajadores. Asimismo, brindó alternativas para afrontar esta compleja situación.
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