La dirección estratégica facilita el logro de metas y los procesos de cambio en las organizaciones. Para ello, es importante analizar a fondo las propias fortalezas y debilidades, pero también diversos factores del entorno.
Las empresas cuentan con un modelo estratégico que marca la pauta de lo que desean desarrollar para el futuro. A través de este sistema, surge la dirección estratégica, cuya idea central es enfocarse en las metas y los procesos. Para entender mejor su relevancia, existen algunos elementos fundamentales que deben tomarse en cuenta.
Una empresa con una dirección estratégica clara genera mayor atracción a los accionistas y futuros inversionistas que una sin manejo o que parece hallarse a la deriva. El atractivo radica en que el alto nivel de la organización se enfoca en cumplir metas a corto y largo plazo. Así, es más viable que el negocio reúna capital y mantenga su crecimiento en tamaño y rentabilidad, que es la variable principal más esperada de una empresa. Puede inferirse que la dirección estratégica, entendida en este sentido, es como publicidad para las instituciones financieras e inversionistas privados.
A nivel de una empresa, de un área funcional o de un departamento, los propietarios, accionistas y gerentes pueden orientar a sus colaboradores hacia el logro de objetivos con diversos fines. Así, los empleados son más eficientes y emplean de manera más adecuada los recursos que les asignan para superar las metas propuestas. Ello les permite entender que cada tarea ejecutada se inscribe dentro de un objetivo más grande y relevante para la organización. Lo primordial es aportar al éxito de la compañía, a través del margen operativo, la rentabilidad, las utilidades, los rubros que llevan al crecimiento y la sostenibilidad en el escenario actual.
La dirección estratégica, sea para un proyecto en particular o para el negocio en general, permite a la organización determinar sus fortalezas y debilidades. Una fortaleza es una característica que permite elevar el margen operativo, mientras que una debilidad lo reduce. Ambos elementos permiten construir el análisis interno de la empresa. Si se asume que una empresa considera a su personal de recursos humanos como la fortaleza, puede trabajar ideas que fortalezcan la capacitación especializada o las estadías internacionales en instituciones europeas de recursos humanos. Por ejemplo, una de las medidas dentro del plan podría consistir en medir el impacto de las capacitaciones o estadías en la rentabilidad financiera.
Si la organización se encuentra en proceso de decidir un cambio que le permita incrementar su crecimiento o su desempeño, la dirección estratégica le permitirá definir las variables o circunstancias que impulsen este cambio. Pueden ser gastos innecesarios por eliminar, excesiva fuerza laboral de apoyo, necesidad de capacitar al personal en temas relevantes de actualidad, etc. La meta es preparar a la empresa para enfrentar una crisis de cualquier índole, sin afectar sus metas relacionadas con el capital humano y las finanzas. Ambas dimensiones son primordiales en cualquier sector de la actividad empresarial.
Un elemento relevante de la dirección estratégica es el análisis del entorno, complementado con la interpretación de las ventajas y desventajas a nivel interno. Desde la perspectiva externa, una organización tiene otras variables para analizar, como la dimensión internacional; la dimensión indirecta, que implica el país y el sector al que pertenece la empresa; la dimensión directa, que trata de los competidores, y el análisis de los stakeholders externos, que influyen en las decisiones de la organización.
Podemos concluir que la dirección estratégica no solo marca el camino hacia el crecimiento y el desempeño eficiente, sino que apuntala diversas posibilidades al analizar los objetivos, las ventajas y desventajas tanto a nivel interno como externo. ¿Ya aplicaste la dirección estratégica en tu negocio? Cuéntanos tu experiencia.
La dirección estratégica marca el camino hacia el crecimiento y el desempeño eficiente de la organización, al analizar sus objetivos, ventajas y desventajas, tanto a nivel interno como externo.
Doctora en Ciencias Económicas (Ph.D. in Economics) - WHU - Otto Beisheim Graduate School of Management, Koblenz, Alemania. Magíster en Administración - ESAN, Lima, Perú. Ingeniera Industrial - Universidad de Lima, Lima, Perú. Profesora de Liderazgo y Comportamiento Organizacional (MBA y Maestrías Funcionales). Profesora de Gerencia Estratégica (MBA y Maestrías Funcionales). Miembro del Área Académica de Administración. Actualmente es decana de ESAN Graduate School of Business.
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