Lo que a continuación compartiré no es cosecha propia. Se trata de los consejos aportados por mi amiga Inés Temple, presidenta ejecutiva de DBM Perú y distinguida profesional en el campo de las recolocaciones laborales. Me consta que todo lo que ella aconseja lo aplica personalmente. Por eso es una de las mujeres más importantes e influyentes en el ámbito empresarial peruano e internacional. Conocí su calidad humana cuando de manera voluntaria renuncié al sector público luego de un paso inolvidable por la presidencia ejecutiva del entonces Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS, hoy EsSalud) y al quedarme desempleada ella me invitó a participar gratuitamente de su programa de recolocación de ejecutivos.
A su lado y siguiendo ahora también los consejos de su colega Patricia Cánepa pude aprender algunas maneras de acrecentar nuestras fortalezas y reducir la vulnerabilidad que significan nuestras debilidades, aunque confieso que aún debo practicar más para desarrollar las competencias que me permitan tomar ventajas de las oportunidades que el mundo laboral y social hoy nos ofrece y minimizar las amenazas que el entorno irremediablemente nos plantea. De esa experiencia recogí cinco consejos que me agradaría se convirtieran en los verdaderos retos o desafíos para el desarrollo de las mujeres en la gestión pública de salud.
1. Uno de los más agradables es conseguir mentores para el éxito profesional. Un mentor es una persona a quien uno respeta por su experiencia y sabiduría. Acudimos al mentor porque confiamos en su criterio, inteligencia práctica y astucia política. Nos da consejos, retroalimentación, nos abre puertas, nos enseña a conseguir resultados.
Sé que con sólo esta mención habrá acudido a su memoria el nombre de uno o más de sus mentores. Yo recuerdo con especial cariño a dos maestros: el Dr. Carlos Bazán Zender, director del Hospital del Niño, viceministro y ministro de Salud, padrino de nuestra promoción de pediatría y modelo de profesional, líder y directivo; y al Dr. Ricardo Carranza, mi primer y único jefe en la UCI del Hospital del Niño. El fue el primero que me confió la tarea de sacar adelante un Comité Cívico de Apoyo a la UCI con la finalidad de recaudar fondos y evitar que la amenaza de cerrarla por falta de recursos se cumpliera. Amparada por su confianza y sabiduría desarrollé una capacidad de gestionar recursos que me ha acompañado toda la vida.
2. Lo que viene luego es fundamental: trazarse un Plan de Vida y Carrera. "Tienes que estar seguro de ti mismo, antes de intentar ganar un premio" no es sólo una frase del Dr. Barnard; es una que nos habla de la importancia de una buena preparación basada en la convicción de sabernos competentes. El éxito es fruto de la preparación y del esfuerzo.
No debemos dejar algo al azar, la mejor hada que podemos tener es nuestra propia determinación en trazarnos objetivos claros y precisos.
3. Otro desafío moderno es desarrollar redes de confianza, tener relaciones interpersonales positivas con muy variados y diversos grupos de interés, al igual que un buen desarrollo de la inteligencia emocional. Una alta inteligencia emocional se mide en la capacidad para entenderse y entender a otros, así como la capacidad para aprender y aplicar lo aprendido.
4. Perfilar un adecuado marketing personal es un reto muy peculiar. Por cada 10 hombres que "marketean" su carrera, ¿cuántas mujeres lo hacen? Seguramente ni el 30%. Si uno no promueve el trabajo que realiza y los logros que alcanza, nadie más lo hará por uno. Allí están los blogs, las redes de contacto, invitándonos a salir del ostracismo y empezar a tener mayor visibilidad.
5. Astucia política: es aquella competencia que consiste en la capacidad para crear alianzas internas, interrelacionarse con gente clave y, desde luego, se sirve del marketing personal. ¿Cuántas veces hemos competido con alguien cuyos resultados quizás no han sido tan buenos como los nuestros y sin embargo han resultado favorecidos? ¡La historia suena conocida!
Conseguir mentores, trazarnos un Plan de Vida y Carrera, desarrollar redes de confianza, perfilar nuestro marketing personal y cultivar la astucia política no son ciencias esotéricas, son actividades que demandan como único requisito la perseverancia y que en retribución hasta pueden resultar placenteras.