En este momento el sistema de salud del Perú atraviesa un proceso de reforma y descentralización. Sin embargo, esta transformación tiene un gran desafío: contar con el personal apropiado, lo que implica un cambio curricular en las universidades y los institutos que forman el personal que se integrará y trabajará en los servicios de salud.
Se necesita de una formación de personal especializado que permita una mirada estratégica a todo el sistema de salud y las tendencias modernas. En el país hay entre 8,000 y 10,000 puestos gerenciales en los establecimientos de salud, ya sea en puestos de salud, centros de salud, policlínicos, clínicas y hospitales. Sin embargo, entre egresados y gente formada no se llega ni a 1,000 profesionales formados para asumir los nuevos retos en la gestión de servicios de salud.
Por ello, la importancia de la formación en competencias en gestión de servicios de salud radica en formar médicos que puedan dirigir organizaciones que no tengan solo conocimientos, sino habilidades y aptitudes distintas, una actitud de trabajo en equipo, logro de consensos, capacidad de entablar relaciones más horizontales entre médicos y pacientes, promover una nueva actitud, ya no solo un paciente sino como un usuario de los servicios de salud.
El nuevo profesional de la salud también debe poseer la habilidad de comunicar y dar consejería, que casi no se ha practicado en el sector. Ahora el médico solamente da una información, independientemente de si el usuario la entiende o no; vemos que cuando el médico escribe no se le entiende; y cuando habla, el usuario tampoco entiende. Es decir, el médico no se comunica realmente, y eso tiene que cambiar.
Los gestores y gerentes de las clínicas privadas siempre se quejan que falta personal capacitado, y ante la poca oferta surgen problemas porque el mercado demanda profesionales competentes y no hay de dónde escoger.
Hoy todos los sistemas de salud modernos se orientan más hacia la prevención y promoción de la salud. Entonces, a través de la formación por competencias en salud, se forman expertos en consejería, en dar asesoría a los pacientes, ya no tanto en el tratamiento, sino que se está buscando que el sistema de salud llegue precozmente al usuario antes de que esté avanzada la enfermedad.
En este nuevo paradigma de la salud, el paciente pasa a ser el centro principal, y los servicios deben estar orientados a atenderlos con calidad y seguridad. Esto hace que los pacientes ya no sean tan pasivos. En todo el mundo la tendencia es que los usuarios estén más informados y demanden un mejor servicio.
Por ello, lo más importante es que el Estado impulse políticas públicas que apoyen el desarrollo por competencias del personal de salud, desde la formación, que estimule a las universidades a desarrollar estos campos nuevos y que se modernicen las currículas. Creo que es un rol que el Estado está descuidando.
Al mismo tiempo, el Estado, a través del Ministerio de Salud, debe decir cuáles son los perfiles de competencias mínimos requeridos para los distintos cargos claves requeridos en los servicios de salud; y coordinar estrechamente con los gobiernos regionales, para una implementación efectiva a nivel nacional.
¿Qué opina usted del nuevo paradigma de la salud que predomina actualmente en el Perú?
Especialista en Administración de Salud por la Universidad Cayetano Heredia. Cuenta con más de 16 años de experiencia internacional en más de 20 países. Experta en diseño y asesoría en implementación y evaluación de proyectos de salud. Ha desarrollado experiencias innovadoras como contratación de ONGs para extensión de cobertura de servicios de atención primaria, servicios de promoción de la salud, contraloría social de la provisión de servicios de salud y mecanismos de supervisión, monitoreo y evaluación de servicios de salud. Magíster en Gestión y Políticas Públicas por la Universidad de Chile. Médico cirujano por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.