Según Deloitte, en 2020 los millennials representarán 75% de la fuerza laboral mundial y se espera que en 2025 sean responsables de 74% del empleo en América Latina, el Caribe y Estados Unidos. Las escuelas de negocios deben ser conscientes del poder que tiene este grupo generacional y ofrecerles un programa de MBA que les permita convertirse en profesionales con espíritu emprendedor e innovador, interculturales, con visión amplia de los sus negocios y un sentido de responsabilidad social.
Ciudadanos del mundo
Aunque no son considerados nativos digitales, los millennials llegaron al mundo de la mano con la tecnología y supieron incorporarla con rapidez en su quehacer diario. Esto explica el uso masivo de Internet en los últimos años y el crecimiento imparable de la economía colaborativa que está transformando la sociedad, la cultura y la forma de producir y consumir. La readaptación o el desarrollo de capacidades más creativas en la nueva generación de líderes para ajustarse a la economía colaborativa es un reto y oportunidad acorde a la visión del MBA.
Durante los últimos veinte años, el estudio de casos estuvo presente en el modelo de enseñanza tradicional de los MBA, pero no funciona bien con los millennials. Ellos prefieren aprender haciendo (learning by doing).
Además de tener un mejor manejo de las tecnologías digitales que la generación previa, los millennials también son más sensibles y responsables respecto a los problemas sociales y ambientales que afectan al mundo. En el ámbito académico, les gusta discutir, competir, trabajar en equipo y ser más activos en el aula. Por ello, el MBA debe plantearles problemas que les permitan experimentar, tomar decisiones rápidas y asumir las consecuencias.
Cambios en las aulas
Durante los últimos veinte años, el estudio de casos estuvo presente en el modelo de enseñanza tradicional de los MBA, pero no funciona bien con los millennials. Ellos prefieren aprender haciendo (learning by doing) y no mediante las acciones de una organización modelo. Además, los docentes deben mantener un seguimiento de sus procesos y ser capaces de responder a sus consultas en cualquier momento, para mantenerlos entusiasmados.
En cuanto a la infraestructura, las aulas con forma de anfiteatro deben reemplazarse por otras más flexibles, que incluyan plataformas digitales interactivas, para que los estudiantes discutan y colaboren entre ellos y con colegas de otros países. A su vez, el profesor debe dejar las exposiciones magistrales y capacitarse para emplear metodologías basadas en la práctica o en la experimentación, en las que el aprendizaje llega de manera más natural.
¿Existe un modelo que cumpla con estas características? Aún no. Las escuelas de negocios están adaptándose al cambio generacional. Cabe precisar que el rango de edad de los millennials en Latinoamérica abarca hasta las personas de 40 años aproximadamente. En los países de primer mundo, este perfil incluye personas de 34 años como máximo.
Hay que tener en cuenta que, en los próximos años, esta fuerza laboral será la única que manejará negocios y países enteros. ¿Qué pueden hacer las escuelas de negocios para acelerar el cambio? Cuéntanos tu opinión.
Durante los últimos veinte años, el estudio de casos estuvo presente en el modelo de enseñanza tradicional de los MBA, pero no funciona bien con los millennials. Ellos prefieren aprender haciendo (learning by doing).
Ph. D. en Administración de Florida International University. Vicerrector de Investigaciones de Universidad ESAN. Ha sido Miembro del Consejo de Alto Nivel de apoyo a las negociaciones para la suscripción del Tratado de Libre Comercio con los EE.UU, Miembro de la Comisión de Procedimientos Concursales de Indecopi-ESAN, consultor del BID y asesor de numerosas empresas industriales y de servicios en Perú y América Latina.
Las mallas curriculares de los MBA deben ser cada vez más flexibles para ajustarse a las necesidades de cada profesional. Para ello, se requiere una actualización constante de los cursos, acorde a la evolución de las tecnologías de la información (TI).