Hay empresas que no tienen un área de recursos humanos. Hay algunas que tienen sólo a un analista o una jefatura que reporta a la gerencia de administración y otras en las que la gerencia de recursos humanos reporta al gerente general.
De las últimas, el nombre varía a recursos humanos, gerencia de personas, de desarrollo, de capital humano, de talento, etc. Cada nombre suele denotar una concepción distinta de la función o al menos la intención de hacer las cosas de manera diferente.
En mis actividades de consultoría me he encontrado personal de recursos humanos:
La carga de trabajo, el estrés, las tareas y la presión por resultados (que no deberían utilizarse como excusas) los llevan a circunstancias como estas. Por otro lado, el personal de recursos humanos, en su mayoría psicólogos, comunicadores, asistentes sociales y administradores, no han recibido una formación en planificación, organización, orientación a resultados, delegación, administración del tiempos y las tareas, en procesos, en cálculos financieros (para evaluar presupuestos y cotizaciones), etc., con lo cual no tienen un buen desempeño y/o terminan destinando tiempo adicional a tareas que les insumen mucho tiempo al no tener una formación para ello.
Uno de los niveles de desarrollo básico del área de recursos humanos, pero no por ello poco importante, se da cuando la función principal es estructurar los procedimientos, las normas y las políticas de todos los sistemas de recursos humanos. Luego de su desarrollo e implementación viene una etapa muy ardua de concientizar a los líderes y a cada empleado de la empresa, a utilizar, respetar, alinear y responder a todas las demandas que surgen de ese trabajo: mandar/ir a la capacitación, responder a las evaluaciones de desempeño, a los estudios de clima y cultura, a participar de los eventos y actividades organizacionales, a diseñar los perfiles del cargo, las funciones; a respetar las normas, los procedimientos, el MOF y las estructuras salariales, etc.
Pasar de un nivel de desarrollo organizacional a otro exige en el área de recursos humanos un liderazgo distinto. Se debe pasar del liderazgo estructurado y orientado a la tarea, al proceso y a la norma; a otro liderazgo de carácter estratégico, de cercanía, de intimidad al cliente interno y de servicio.
Algunos confunden esto con un modelo humanista. En el fondo lo es, pero no desde una concepción que va en contra de los resultados sino usando estos como mecanismo de retroalimentación para el empleado que permite comunicar que está haciendo un buen trabajo. Para alcanzar el resultado es que se utiliza el desarrollo, la compensación, la evaluación, la selección -la motivación que se les deriva- y el liderazgo adecuado.
Para que un gestor de recursos humanos saque el máximo de potencial de su gente y de la organización en esta última perspectiva necesita desarrollar competencias de coaching. El coach empieza haciendo rapport, intimando e inspirando credibilidad y confianza. Indaga y escucha activamente las necesidades del cliente; le ayuda a diseñar planes de acción para la mejora de su desempeño; le da feedback desde las evaluaciones de competencias y los estudios de clima; le ayuda a tomar conciencia de sus creencias limitantes y a crear creencias potenciadoras; entabla una comunicación abierta y sincera con sus clientes internos; etc.
Este es el método más efectivo para pasar de ser un gerente de recursos humanos a un coach organizacional estratégico y elevar los niveles de desempeño y resultados de la empresa a estándares internacionales, compitiendo abiertamente en el mercado gracias a que cuenta con personas competentes y talentosas que realmente representan el capital humano de la organización.
¿En su organización cuentan con un gerente de RRHH o un coach organizacional estratégico? Cuéntenos alguna experiencia al respecto.