En marzo pasado, el Congreso de la República aprobó la Ley 31711, que habilita a las cajas municipales de ahorro a emitir tarjetas de crédito, sin la autorización previa de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS). La novedad de la norma radica en que las 19 cajas municipales que existen en el país ya no deberán solicitar el aval de la SBS para ofrecer plásticos a sus clientes, como sí lo debían hacer antes de su promulgación.

Luis Mendiola, profesor del Área de Finanzas de ESAN, rescata que este nuevo negocio de las cajas municipales creará una mayor competencia en el mercado y favorecerá en particular el acceso al crédito en las micro y pequeñas empresas (MYPE).

“Hoy, en Perú, el 90% de las empresas son MYPE, pero solo un 6% tiene acceso al crédito. Se esperaría que, con esta incursión, ellos [las cajas municipales] puedan tener un 3% [adicional] en el acceso de empresas”, estima. Para ello, no obstante, observa que un paso clave será profundizar la apuesta tecnológica de las cajas municipales para afinar los sistemas de evaluación crediticia.

En ese sentido, Mendiola anota que establecer alianzas con fintech las ayudaría a acortar la curva de aprendizaje del nuevo producto. “El tema de la identidad digital es vital en la banca para el desarrollo de muchos productos. En este caso, las cajas van a ahorrar mucho en el proceso de [evaluación crediticia de] las personas, porque van a tener acceso a su historial al día sobre el pago relativo de luz y agua. [Las fintech] tienen una serie de indicadores que permiten construir modelos capaces de predecir su tasa de morosidad. Probablemente ellos [las cajas municipales] no tengan todavía la tecnología. Aunque ellas prefieran decir que sí”, afirma.

Retos Estructurales

La velocidad con la que el negocio de las tarjetas de crédito prospere y se expanda en el sistema financiero no solo dependerá de la tecnología y las leyes de oferta y demanda de mercado. Para Mendiola, el mayor obstáculo, actualmente, lo imponen los límites al patrimonio. Al respecto, el académico aclara que las cajas municipales —al ser propiedad de gobiernos locales— tienen topes en cuanto a la disposición de capital para crecer su negocio. “Muchos de estos municipios están limitados por el presupuesto. Entonces, no pueden destinar una parte a la actividad crediticia por más que esta sea rentable. Necesitas otro tipo de mecanismos que te permitan llegar a cubrir ese capital”, dice Mendiola.

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