La explicación está relacionada con la economía nacional y mundial del siglo XXI. Mientras en Europa, Japón y Norteamérica hay recesión, en el Perú la economía crece. En un país en recesión, sea capitalista o China comunista, las tasas de interés se reducen cuando hay recesión, pues hay oferta pero no hay demanda por financiamiento de grandes proyectos o inversiones, y además los gobiernos reducen las tasas de interés para reactivar la economía.
Como en el mundo actual no hay barreras ni restricciones para el movimiento del dinero y las inversiones, es una gran ventana de oportunidad para las empresas peruanas consolidadas, con prestigio y solidez, emitir bonos en dichos mercados, ya que obtienen excelentes tasas de interés para el financiamiento de sus proyectos en el país, menores a las tasas del mercado peruano, y eso están haciendo nuestras empresas más competitivas.
Sin embargo, la nueva ley sí puede ser beneficiosa para empresas sin experiencia ni preparación para obtener financiamiento en el mercado de valores, pues ellas no pueden obtener recursos internacionales sin tener prestigio, antigüedad y una adecuada calificación de riesgo.
Existen recursos financieros locales o de los fondos de pensiones que podrían utilizarse para financiar a estas empresas, pero se requiere "educación financiera empresarial"; es decir, preparar a la empresa para que pueda acceder a estos recursos, lo que implica aplicar herramientas de Project Finance, de gestión de riesgos, organizar sus recursos, procedimientos, políticas, estrategias, documentar el conocimiento de las personas para convertirlo en el know how de la empresa, entre otros.
Luego de esta preparación se podrá acceder a recursos financieros y tasas de interés menores a las que tienen que pagar actualmente, producto del riesgo que percibe el mercado en ellas. Y me refiero a medianas empresas, pymes, pequeños empresarios, que pueden reducir sus costos de financiamiento significativamente si se lo propusieran, pero por falta de conocimientos o desinformación no se percatan de los altos costos financieros que pagan en la actualidad en sus negocios, proyectos o en su vida diaria.
En ese sentido es loable la labor de la Superintendencia de Banca y Seguros que está preparando campañas informativas para escolares, jóvenes, mujeres, personas de áreas rurales y regiones alejadas de la capital para proporcionar conocimientos, conceptos de información financiera que contribuyan a tomar buenas decisiones financieras y con ello tener un país competitivo, que financia sus pequeños y medianos negocios a tasas de interés eficientes.
¿Sabe usted cuánto paga por el financiamiento de sus compras, de su tarjeta de crédito, por sus adelantos de efectivo? ¿El costo financiero de su empresa es eficiente respecto a sus competidores?
Gerente general, Presidente de Directorio, accionista y Director de Transportes Enrique Cárcamo (1991-2009). Magíster en Administración – ESAN (primer puesto TC 1999). Ingeniero Civil PUCP (1992). Diploma en Gestión y Dirección de empresas PUCP. Consultor, asesor y director de empresas familiares y de emprendedores (2000-2023). Certificación Auditor Líder ISO 9000- Aseguramiento de la Calidad. Consultor y gestor de proyectos de consultoría Universidad ESAN. Profesor de postgrado de ESAN (2005- 2023). Curso de especialización sobre Financiamiento de Proyectos - Banco Mundial (Washington D.C) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Publicación de libros en editorial ESAN y artículos en diferentes revistas y medios. Asesor de tesis de postgrado. Conferencista Universidad EAFIT-Colombia.
Determinar el valor de una empresa nos permite acceder a mayores fuentes de financiamiento e identificar negocios y oportunidades de inversión rentables. Nos ayudará a tomar mejores decisiones, a pensar estratégicamente, a ser más eficientes y productivos.
Un proyecto minero puede ser una mala inversión o una actividad rentable y sostenible en función a las decisiones financieras que se tomen para su desarrollo, financiamiento y control.
La creatividad y su capacidad para usar nuevas tecnologías no son suficientes para asegurar el éxito de sus emprendimientos. La generación Z debe adquirir experiencia laboral, capacitarse y desarrollar habilidades que les permitan lograr el éxito en sus proyectos de negocio.