En el país se consume unos 38,000 barriles de GLP por día, lo cual equivale aproximadamente a 10 millones de cilindros de 10 kilos de gas al mes. Estos cilindros llegan al consumidor a un precio promedio de S/. 36. Con ello podemos deducir que mensualmente gastamos un total de S/. 360 millones en dicho combustible.
Se debe tener en cuenta que desde diciembre pasado el precio del GLP se mantiene congelado. El gobierno, utilizando el mecanismo del Fondo de Estabilización de Precio de los Combustibles, viene compensando a los productores a fin de que las subidas abruptas del precio de este producto en el mercado internacional no se trasladen al consumidor final.
Ahora bien, si el precio del cilindro de GLP se reduce artificialmente a S/. 12 por balón, tal como se está proponiendo, se obtendría un ingreso de solo S/. 120 millones. La diferencia -S/. 240 millones al mes- representaría el monto del subsidio global que estaría aportando el Estado.
Actualmente la población peruana bordea los 30 millones de personas, entre ellas las estadísticas muestran que existen aún 12 millones de peruanos pobres de los cuales 3 millones no usan gas como combustible doméstico. Viven con escasos recursos económicos, en lugares apartados y en consecuencia cocinan con otra fuente de energía más barata y disponible en su entorno (leña o estiércol). Podemos deducir que grosso modo existen 9 millones de peruanos pobres que efectivamente consumen GLP. Si los agrupamos en familias de cinco personas tenemos aproximadamente 1.8 millones de hogares que cocinan con gas en cilindros.
Son a los hogares pobres a los que todos queremos ayudar. La pregunta es si a la señora -ama de casa pobre- responsable de cocinar en estos hogares ¿le parece mejor recibir 240/1.8 es decir S/. 133. 34 por mes o comprar el balón de gas a 12 soles por cilindro? La respuesta es evidente. Tanto para ella como para la economía nacional es preferible que el Estado evite este subsidio indiscriminado y haga el esfuerzo de distribuir la ayuda directamente a quienes más la necesitan.
Al año, el subsidio propuesto al GLP estaría valorizándose en unos US$ 1,000 millones, cifra que por otro lado no se traduciría en un beneficio específico para los más pobres -como se pretende hacer valer- sino que muy probablemente, como sucede en los países que mantienen este tipo de subsidios. iría en gran parte al mercado negro y al contrabando. Como todo estudiante de economía conoce bien, los subsidios indiscriminados -en particular el de los combustibles que tanto atraen a los políticos- terminan beneficiando a grupos de ingresos medios y altos que no los requieren.
Finalmente, se insiste en que vía la renegociación del contrato del Lote 88 se reducirá el precio del GLP. Esta afirmación carece de fundamento ya que dicho contrato no tiene cláusula alguna que fije precios de combustibles en general o del GLP en particular. Más aún, ni siquiera eliminando totalmente la regalía pactada entre el Estado y el contratista del Lote -lo que significaría que trabaje gratis- se podría llegar al precio ofrecido.
¿Cuál cree usted que será la evolución del precio del gas doméstico?