A pesar de ello, en la vida del hombre hubieron cambios mucho más tormentosos, mucho más significativos y mucho más traumáticos. El último período glacial que vivió el hombre terminó hace apenas 10000 años. Duró 90000. ¿Se imaginan 90 mil años de invierno? Pues nuestros antepasados lo vivieron, aunque gracias a ello, escapándose del frío cruzaron el estrecho de Bering y poblaron América. También en aquel entonces empezaron las civilizaciones primigenias; antes de esto, vale decir por más de 5 millones de años, fuimos completamente primitivos.
La zona que hasta hoy sigue siendo un polvorín, Oriente Próximo (Siria, Israel, Egipto) -y China, tan presente como hoy-, fueron la cuna de las primeras civilizaciones. Fueron épocas de grandes cambios: la agricultura y la creación de las primeras sociedades (y los primeros grandes pleitos, fruto de aprender a vivir juntos y pegaditos luego de vagar por la tierra sin un hogar). Grandes cambios.
Luego de ello vinieron enormes avances científicos y de conocimiento: Persia, Egipto, Grecia, Roma. Asombra cómo grandes culturas pudieron desaparecer, a pesar que de ellos pervivan, hasta la actualidad su pensamiento filosófico y la perspectiva del derecho.
El diluvio universal, con Noé y su arca, pudo suceder hace 4,000 años. Diez generaciones después nació Abraham, primer patriarca de los judíos. Dos mil años después comienza nuestra era, la Era Cristiana o Era Común. Jesús nace en épocas violentas, crucifixiones, persecuciones, grandes matanzas. A pesar de ello sus apóstoles hicieron muy bien su trabajo, se multiplicaron y avanzaron tanto que hubo un momento que hasta Roma adoptó el cristianismo, el año 380. 600 años después de Cristo, nace Mahoma, cuyos seguidores lo hacen tan, pero tan bien que hoy hay tantos musulmanes como cristianos, unos 2 mil millones de cada uno.
La Edad Media es otra etapa oscura y sangrienta en el mundo, Europa tiene decenas de reinos y condados, que se componen, recomponen y descomponen según los acuerdos y traiciones de los nobles. Las cruzadas se suceden llevándose a los hombres a la muerte, defendiendo la honra occidental. Las distancias entre judíos, musulmanes y católicos se radicalizan.
En este recuento, personal y arbitrario de lo que pasó en el mundo, considero que tal vez fue el siglo XV uno en que más cambios radicales se dieron: la caída definitiva de Constantinopla (Roma), la expulsión de los musulmanes en España, el descubrimiento de América, la invención de la imprenta. La peste negra mata a tanta, tanta gente, que permite que la humanidad, con menos bocas que alimentar, replantee sus pensamientos.
Así, poco después, en los mil quinientos, Lima es fundada por un español pobre en busca de fortuna. Pero también sucede mucho más: Copérnico plantea un hecho dramático: la tierra gira alrededor del sol, no somos el centro del universo; Maquiavelo escribe El Príncipe, Da Vinci pinta la Mona Lisa, el mundo vive su Renacimiento.
Acaba de comenzar el 2014 gracias al calendario gregoriano, creado por los matemáticos de la corte del Papa Gregorio XIII (1582). Galileo Galilei cuestiona lo que la humanidad creía hasta entonces. Es acusado, castigado y muere confinado en su casa, ciego. El Renacimiento fue una época de grandes cambios en el pensamiento humano. Europa sigue en guerras, expulsiones (judíos, moros, gitanos), grandes matanzas.
Pareciera que España se lleva todo el oro y la plata del nuevo mundo -necesarios para costear las guerras-. Hoy nos damos cuenta que no, cuando Conga está diseñada para seguir sacando el oro de las entrañas americanas. Aún hay.
A principios de 1600 se instalan los primeros asentamientos británicos en Norteamérica y luego fundan Estados Unidos, en 1776. Trece años después, estalla la revolución francesa, termina la monarquía. Los 1800 comienzan con Napoleón y su arrolladora fuerza conquistadora. Luego moriría solo y envenenado. Estados Unidos no encuentra la paz, sigue en guerra contra los nativos americanos (los indios) casi hasta 1900, además de verse envuelta en una guerra civil entre el norte y sur.
Cuando parece que el mundo va a encontrar la paz, hace exactamente 100 años, en 1914, mientras Perú celebraba el 93 aniversario de su independencia, en Europa comienza la Gran Guerra, conocida luego como la I Guerra Mundial. En cinco años, mueren unos 30 millones de personas (más que toda la población peruana). 13 millones fueron simples civiles. Cuando parece que el mundo va a encontrar la paz, España entra en guerra civil dejando 200 mil muertos y un poemario de César Vallejo: España, aparta de mí este cáliz.
Sin embargo, cualquier cifra de mortandad por guerras palidece con lo que dejó la II Guerra Mundial: 66 millones de muertos. Todos los habitantes de Chile, Perú y Ecuador no llegamos a esa cifra. A pesar de ello, lo fatal vino después: la repartición de Europa entre el capitalismo y el comunismo. La peor parte se la llevó Europa Oriental hasta que en 1989 (Nov-9 o 11-9, contrario al más conocido 9-11) cae el muro de Berlín. Alemania se recompone, recupera y moderniza su parte oriental y hoy es líder indiscutido en la Comunidad Europea; algunos países balcánicos siguen desangrándose hasta hoy y amenazan la tranquilidad de las próximas olimpiadas de invierno en Rusia.
Visto en perspectiva, venimos de un mundo muy convulso. Nuestros antepasados sí que la pasaron mal. El 2014 será -comparativamente- placentero y pacífico, sin grandes cambios. Es bueno mirar hacia atrás para planear nuestros siguientes pasos, ya lo han dicho muchos. Entonces, como contrapartida, esto debe hacer que en nuestra vida personal, el 2014 sí deba ser de grandes cambios, sobre todo en la creación de nuestro propio bienestar.
Hace 20 años Internet se volvió comercial. Hace 20 años se creó la Psicología Positiva, cuando Martin Seligman, profesor de Penn University pensó que la psicología no solo debía servir para curar enfermedades de la mente, sino al contrario, debería servir para que las personas vivamos más plenamente, más felices, con más bienestar. El lado malo de esta corriente lo verás en tu muro de Facebook: está infestado de frases sensibleras (bienintencionadas) que se espera motiven a las personas a vivir más tranquilamente. Me temo que el 99% de las veces no funcionan. Son evanescentes.
Por ello, si queremos un 2014 con cambios trascendentes e importantes en nuestra vida, nuestra intención y acción deben ser consecuentes con ello. En algún momento les hablé de Malcolm Gladwell, de las 10000 horas de práctica que se requieren para ser más que maestro en algo. Un camino de 10000 horas comienza por algunas horas diarias, algunas horas semanales.
En su último libro, Gladwell (David y Goliat, 2013) cuenta por qué David, un humilde pastor de ovejas vence a Goliat, el mejor luchador de los Filisteos, de 2.90 m de altura, que se protegía con una cota de malla de cobre que pesaba casi 60 kilos (más que el buen David). Gladwell muestra que la historia tiene más Davides que Goliats y que nosotros podemos triunfar sobre los más grandes.
Imagínense que hoy empiezan a prepararse para correr el próximo noviembre la Maratón de Nueva York (42 Km). ¿Qué tienen que hacer? Comenzar a practicar, practicar y practicar. Y así, aún cuando en la primera semana apenas lleguen a un kilómetro de trote, es muy posible que la constancia los premie con un físico suficiente para dar la talla en Nueva York. Y seguro que, al darse más tiempo para entrenar, saldrán menos a la calle. Supónganse que este efecto colateral les signifique un ahorro de 50 soles semanales. Pues ya tienen para el pasaje.
Debemos saber que nuestros objetivos y metas generalmente tienen menos fuerza que nuestros hábitos, grabados a fuego en la zona baja de nuestro cerebro (ganglios basales); no pensemos que porque tenemos metas, tendremos los arrestos para cumplirlas. Por ello, una buena frase en Facebook es como una golondrina en invierno, no hace verano. Aquellos que queremos vivir mejor tendremos que tomar el 2014 en serio, tendremos que encontrar motivaciones alcanzables que persigan mejorar nuestros hábitos.
Es así como se conseguirá que el 2014 sea memorable y de grandes cambios para nosotros. Personalmente, en pocos meses cumpliré 5 años de haber dicho adiós al mundo corporativo y empezar a llevar a la acción emprendimientos personales, algo muchísimo menos glamoroso que manejar un presupuesto de 35 millones de dólares, como me tocó hacerlo cinco años atrás. Pues nadie me advirtió que esta era una carrera de largo aliento, que cansa, que agota, que quita la respiración. Sin embargo, nunca he fallado en el pago de la gente que me acompaña en estos emprendimientos, he pagado todos mis impuestos al gobierno. Eso me alegra. Y seguiré corriendo, más fuerte, con más rapidez, con todo lo aprendido en estos últimos cuatro años.
El resto del año insistiré y escribiré más al respecto. Mientras tanto les dejo bibliografía -memorable en mi vida- para aquellos que se tomen en serio el cambio de hábitos, para vivir mejor:
¿Necesitan una razón más para decidirse? Pues Daniel Kahneman es Premio Nobel de Economía del 2002. Y no es economista, es psicólogo. Como para pensarlo, ¿no?
MBA por ESAN. Psicoterapeuta Psicoanalítico con especialización en Group Relations por Tavistock Institute, Reino Unido. Director de la firma consultora CHOPIN - Shopper Unconscious; de Wisetrack Perú (Sistemas de Gestión de Distribución) y VWise del Perú (Trazabilidad con RFID). Ha sido Adjunto a Gerencia General, Gerente de Sistemas y Gerente de Marketing en Cencosud Perú.
A propósito de la crisis de reputación por la que atravesó Gloria hace unas semanas, es preciso citar algunas investigaciones que detallan cómo las más exitosas empresas persiguen la buena experiencia de sus clientes. En algunos puntos clave, la compañía lechera cometió errores.