Arturo García Villacorta, docente de los programas de Finanzas de ESAN, brindó una serie de recomendaciones para evitar endeudarse, considerando que nuestro país posee uno de los spreads bancarios más altos según el Banco Mundial. Los detalles en este informe de La República.
La débil recuperación de la economía, así como de los ingresos, genera una enorme preocupación en los hogares peruanos. Para afrontar gastos de mediano, largo e inclusive de corto plazo, una opción a la mano siempre será el crédito.
Sin embargo, si actualmente una persona pide un préstamo de consumo por S/10.000 a 12 meses, tiene que asumir una TCEA —que incluye todos los costos de un crédito— de entre 30,01% y 125,41%. Las cuotas mensuales oscilan entre S/957,9 a S/1.269. En un ejercicio simple, en el caso de la tasa más elevada —ofrecida por Alfin Banco— debe pagar S/15.228 en un año: un poco más de S/5.000 respecto al monto adquirido.
En caso de que un peruano con ingresos de S/1.500 solicite un préstamo de S/20.000 a 24 meses, las cuotas mensuales van de entre S/1.607 (Alfin Banco), S/1.597 (Efectiva) y S/1.590 (Banco Falabella). La TCEA toca un máximo de 105,22%.
Mientras que, en caso de un plazo fijo en soles, digamos, de S/20.000 a un año, en el mejor de los casos, Financiera Efectiva da una TREA —el rendimiento total de un depósito anual— de 6,5%: S/21.300 por retirar. El BCP es el más austero, con apenas 0,25%: apenas S/50.
La diferencia entre tasas por préstamos y depósitos es conocida como spread bancario. Ya el Banco Mundial ha advertido que Perú tiene uno de los más altos spreads en perjuicio de sus ahorristas y con márgenes de ganancia mayores para los bancos. Al cierre de abril, el spread bancario en moneda nacional se ubicó en 12,58% y en 8,80% en moneda extranjera.
“Se explica por alta concentración del mercado (bancario) porque el 80% de los depósitos y colocaciones están, pues, en cuatro patas”, añade Recoba en referencia al reducido grupo que compone la banca múltiple: BCP, Interbank, BBVA y Scotiabank.
Aquí, Arturo García, economista, profesor de Finanzas de la Universidad ESAN, recomienda no endeudarse para gastos corrientes como alimentación, vivienda, transporte, gasolina y entretenimiento —sea por un préstamo o con una tarjeta de crédito— y en caso de que lo requieran, apuesten por un activo, como una lavadora o una cuota de un departamento.
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El economista Arturo García comenta que las tasas de interés de la banca —siempre bajo la influencia del tipo que marca el BCRP— están en función del riesgo de crédito, y como las mypes no elaboran estados financieros, representan un mayor riesgo crediticio.
Y, por ello, la cartera minorista —pequeña empresa, microempresa y consumo, añade García— tiene ahora las tasas de interés anuales más altas en el sistema bancario: 22,60%, 43,96% y 59,02%, respectivamente (ver tabla).
“El sistema financiero, paradójicamente, ha ido contra la tendencia de disminución de la tasa de interés referencial del BCRP, incrementándola para la cartera minorista y afectando con ello a la reactivación de las mypes y del consumo de las personas”, argumentó para este diario.
El docente añade que la banca elevó las tasas para los pequeños negocios y ciudadanos de a pie para compensar parcialmente la mayor morosidad de estos segmentos, las cuales afectaron sus utilidades. Dicha morosidad arrastrada fue efecto del estancamiento y recesión del PBI del 2023 —cayó 0,55%, su peor resultado en más de tres décadas sin contar la pandemia—. Muy aparte de la caída de la inversión y confianza privada.
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