"El apellido o grado de parentesco no debe ser un criterio de peso a la hora de delegar responsabilidades; hay que considerar en la persona elegida su conocimiento técnico, experiencia y personalidad. Si un familiar cumple esas condiciones, mejor. Pero elegirlo sólo por ser familiar es sumamente peligroso. Debe intentarse una evaluación lo más objetiva posible, de preferencia con la ayuda de un profesional externo".