"Buena intención (del congresista Julio Gagó, propulsor del proyecto de ley que plantea crear un seguro oncológico obligatorio) se ve que no falta. No niego su bondad, pero puede ser contraproducente. No olvidemos que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno", señala el profesor Cárdenas al diario El Comercio.