El sector agroexportador peruano viene creciendo desde hace más de 20 años y ha logrado mantener su dinamismo durante los últimos cinco años, pese a que estos fueron muy complicados por dos factores críticos. El primero fue la creciente inestabilidad política, que redujo las inversiones en diversos rubros productivos del país. La segunda fue la pandemia de la covid-19, que disminuyó el ritmo de crecimiento, aunque los agroexportadores más competitivos pudieron palear la situación porque sus procesos ya contaban con altos estándares de bioseguridad. 

Beneficios persistentes

Conocidas las ventajas comparativas y climáticas del Perú, la Ley de Promoción Agraria, planteada hace más de 20 años bajo una visión de largo plazo, sentó las bases en el marco jurídico para darle estabilidad a las inversiones. La manipulación de las normas, en los últimos años frenó las inversiones y la credibilidad empresarial, manteniendo la situación de zozobra que ahora atraviesa el escenario político peruano. 

Un punto positivo en medio de este panorama ha sido que las exportaciones de frutas frescas aún lideran los envíos al exterior. Es probable que todavía nos beneficiemos de las cosechas provenientes de los frutales que se sembraron hace más de cinco años, pero al no haber más inversiones en la producción de campo, la tendencia de crecimiento va a ser cada vez menor. Adicional a ello los procesos más afectados fueron aquellos destinados a la innovación en ciertas variedades de fruta, la incorporación de otras a la canasta exportadora, así como las actividades de promoción en el exterior liderados por Promperú.  

Las frutas frescas registran un nivel de demanda de crecimiento constante a nivel internacional y el Perú ha sido capaz de identificar plenamente las características estacionales del mercado, logrando una alta competitividad en el mercado global. El arándano, la uva, la palta, el mango, la granada y la mandarina, entre otros, marcan la pauta en la perspectiva de crecimiento dinámico. Si analizamos otros sectores de la agricultura, en los últimos diez años, nos percatamos que no existe un crecimiento sostenido más destacado que el del subsector frutícola.

Mercados conquistados

Uno de los pilares que ha permitido el éxito del subsector frutícola exportador ha sido el nivel técnico del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa). Sin embargo, en el tiempo presente es urgente dotar al Senasa, de los recursos necesarios para que retome su nivel de excelencia. Frutas como el mango, las uvas, las paltas, los arándanos, granadas, etc., adquirieron su acceso sanitario a los principales países que hoy exportamos. Aunado a esto, los altos estándares de calidad logrados por los exportadores fueron sumamente importantes para ingresar a los más exigentes mercados internacionales. Ahora mismo, los principales mercados destino de las agroexportaciones peruanas son Estados Unidos, Europa, China, Japón, Corea, también se ha logrado ingresar a países de Centroamérica y Oriente Medio. 

Europa y Estados Unidos han sido los primeros mercados al que ingresaron las agroexportaciones peruanas en grandes cantidades. Los mercados externos, sobre todo los del hemisferio norte, nos dan la oportunidad de aprovechar las condiciones estacionales de mercado de los mejores precios, así mismo por congregar una mayor población, generan mayor riqueza y registrar ingresos per cápita más altos. En ese sentido, la alta calidad de las frutas peruanas ha logrado posicionarse en los mercados de altos ingresos logrando una alta competitividad. 

El ingreso a China, Japón y Corea fue uno de los casos de éxito más destacados de los últimos años y fue posible gracias al posicionamiento previo que Perú ya había ganado tanto en Estados Unidos como en Europa. Ello les dio a los empresarios peruanos una solidez para diversificar sus mercados. Así mismo, Promperú jugó un rol clave, al participar en muchos eventos de Promoción internacional, en los tres países mencionados. Hoy, China se considera un comprador regular de frutas peruanas. 

Desafíos urgentes

El desafío más importante para el sector agroexportador consiste en dar predictibilidad a las decisiones del Gobierno. Es urgente brindar la seguridad jurídica y la estabilidad política necesarias para consolidar inversiones. Asimismo, hay que incorporar a la cadena de valor agroexportadora más productos producidos en la sierra y selva. Existen casos como la implementación de la palta en cuencas interandinas o sectores medios de la sierra. Asimismo, en la selva, viene destacando de forma nítida el caso del jengibre (kion). Ambas iniciativas son llevadas a cabo por emprendimientos privados de pequeños productores, pero es necesario que el Estado trabaje en esa misma línea, fortaleciendo estas alternativas y desarrollando productos, en función de la demanda insatisfecha de los mercados más exigentes. 

Si algo hemos aprendido en los últimos años sobre desarrollo agrícola es que el Perú   es un país de pequeños productores, pero con condiciones agroecológicas singulares para producir frutas y hortalizas en cantidad y calidad suficientemente altas para satisfacer las necesidades de los mercados externos más exigentes. Por otro lado, el país tiene un mercado interno relativamente pequeño que puede saturarse con un incremento estacional de muchos productos, por ese motivo nuestro enfoque debieran ser los mercados globales, debido a que estos son muy amplios y difíciles de saturar, existe mucho espacio para ingresar con varios productos a la vez. 

Por último, el desarrollo de la industria hortofrutícola agroexportadora del Perú no solo involucra a los productores, sino a los cientos y miles de puestos de trabajo generados en el sector secundario y terciario de la economía: centros de procesamiento, empaque, transformación, lavado, servicios de transporte, servicios financieros, certificaciones, etc. En ese sentido, la articulación de los sectores primario, secundario y de servicios conforma una cadena de valor que ahora mismo representa el eje principal que contribuye a la economía peruana en números positivos. ¿Qué otras acciones sugerirías? Déjanos tu opinión.

*William Arteaga es docente de los programas del sector Agronegocios de ESAN.

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