¿Existe algo simple y lógico que pueda terminar con el caos vehicular en el Perú? Para contestar esta pregunta partamos de una definión: "el marketing es aquel instrumento que busca el equilibrio en términos de satisfacción entre oferta y demanda". Con esta información, formulemos una nueva interrogante: ¿es posible que el marketing social encuentre la armonía entre la necesidad de traslado de las personas y la oferta de vehículos? Para dar una respuesta contundente primero veamos quiénes son los actores del caos vehicular:
- Los peatones: por ser personas y ser los más vulnerables, van en primer lugar. Tienen poco sentido de disciplina, cruzan las calles por cualquier parte, paran vehículos públicos en cualquier lugar y destruyen muchas señales de tránsito y orientación.
- Los conductores de vehículos: desconocen las prioridades de los peatones en general. No respetan límites de velocidad ni paraderos para recoger viajeros, ignoran que la pista no es solo para ellos, emiten ruidos molestos, no respetan la señalización en calles y carreteas, así como la velocidad en muchos casos.
- La Policía de tránsito: inconsistente en hacer respetar las reglas, a veces sí a veces no, permisivos en muchos casos, con enfoque más de sanción que de educación de conductores y peatones. Mal pagados en relación a su responsabilidad y oportunidades de delinquir.
- La capacidad de las calles: sin lógica para pasar de tres a dos o un carril, sin restricciones mayores para determinados vehículos, sin horarios para circulación de unidades grandes.
- La señalización: no siempre clara, en muchos casos inexistente, paraderos de buses ocupados por autos, falta de criterio para fijar sentido de la circulación, consultas innecesarias con el vecindario que ve el problema según su conveniencia.
- Las reglas y las sanciones: en muchos casos letra muerta. Se multa el exceso de velocidad y no se multa a los camiones que van por la izquierda cuando claramente se dice que no pueden ir por dicho carril, vehículos deteriorados que han pasado revisiones técnicas, sistema teórico de puntos de castigo en la licencia de conducir por faltas que no se sancionan.
Si el tránsito en su concepción global, que implica las siete variables mencionadas, fuera administrado por una autoridad única y no por cinco o siete, se podría pensar que el comienzo de la solución es posible, mientras tanto sigue siendo una ilusión.
Amigo lector: como ejercicio póngase en el papel de esa autoridad única y proponga su plan de marketing para solucionar el caos vehicular. Verá que no resulta tan difícil lograrlo, pero restaría mucho del poder compartido que sin duda no beneficia para nada a usuarios y proveedores del servicio.
¿Qué propuestas consideraría usted en un plan de marketing social para solucionar el caos vehicular en Lima, como sugiere el profesor Alberto Zapater?
Esta entrada contiene un artículo de:
Alberto Zapater
Profesor del área de Mercadeo. MSc in Marketing, Université Laval, Quebec, Canadá. Estudios doctorales en Letras, Universidad de Letrán, Italia. MA, ESAN. Licenciado en Letras, Universidad de Letrán, Italia.
Profesor del
MBA de
ESAN.