A casi dos meses del nuevo Gobierno, ¿ve claridad en la política económica que se piensa aplicar?

Todavía hay algunos nombramientos cuestionados. Falta la ratificación de Julio Velarde al frente del Banco Central de Reserva (BCR) y, sobre todo, quién va a componer ese directorio. En el Indecopi ha habido personas que han sido cuestionadas - al igual que algunos ministros-, pues no tienen la experiencia adecuada en el cargo, ya que es un órgano muy importante de protección al consumidor.

El presidente Pedro Castillo ha estado en las Naciones Unidos dando un discurso para atraer inversión, pero no se ven las condiciones en materia impositiva, tributaria y el derecho a la propiedad para ello, sumado al nombramiento de algunas autoridades que no son idóneas.

El aumento de la inversión proyectada por el BCR para 2022 es 0%. ¿Qué consecuencias habría?

Dentro del total de inversión, el 80% es privado y el 20% es público, que tampoco se está ejecutando con rapidez. Eso va hacer -quizás- revisar a la baja las previsiones de crecimiento para los próximos años.

¿Qué se debería hacer para recuperar la inversión?

Cuando uno nombra a un personal idóneo y con experiencia en el sector, puedes tener ideas para destrabar, pero hay un problema muy fuerte que no depende de Castillo, que es el Club de la Construcción y el bloqueo de la inversión por los destapes de corrupción. Y no se ve cómo lo van a resolver. La solución radical de Asamblea Constituyente tampoco es un remedio.

Entonces, se tendrían que dar nombramientos de personas adecuadas, técnicos que den más ideas para usar el presupuesto, asignando los recursos eficientemente.

¿Cuáles deberían ser las medidas urgentes a aplicar en los próximos meses?

En la parte macroeconómica no hay que malograr lo ya avanzado estos 30 años; y en la parte de reformas del Estado, salud y educación son los pilares importantes en lo que se tienen que enfocar para cerrar las brechas, modernizar y realizar alguna inversión con los pocos recursos que tenemos.

Por ejemplo, ahora ya viene la semipresencialidad. Hemos perdido casi dos años en el sector educativo y se han abierto más las brechas. Eso va a tener un efecto de largo plazo en la población, en la generación de más pobreza. La persona que no recibe educación los primeros años de su vida al final le pasa factura después.

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Fuente: Cámara de Comercio de Lima