Para responder a la interrogante planteada, primero debemos tener claro que ambas disciplinas son indefectiblemente complementarias y que tienen muchos puntos en común.
Ante las diferencias expuestas, podemos resumir que el marketing responde a las siguientes preguntas: ¿qué hago? y ¿cómo lo hago? En tanto, el branding responde a ¿quién soy? y ¿por qué?
El marketing responde a las siguientes preguntas: ¿qué hago? y ¿cómo lo hago? En tanto, el branding responde a ¿quién soy? y ¿por qué?
Las acciones de branding buscan generar vínculos emocionales entre el consumidor y las marcas, creando valor a través de "intangibles", con un enfoque relacional que genere lealtad a largo plazo.
Citando a Kevin Roberts, el fin último del branding es generar lealtad "más allá de la razón", crear marcas que no solo satisfagan necesidades de los clientes, sino que formen parte de sus vidas y aseguren su permanencia a través del tiempo. No olvidemos que "los productos se crean en las fábricas, las marcas en la mente y corazones de los consumidores".
El marketing responde a las siguientes preguntas: ¿qué hago? y ¿cómo lo hago? En tanto, el branding responde a ¿quién soy? y ¿por qué?
El concepto de marca se aplicó durante muchas décadas a las empresas sin embargo, hoy en día y gracias a la era de Internet en la que vivimos es posible desarrollar y aplicar cada vez más conceptos de marketing al desarrollo de marcas personales.
Estudios a nivel mundial acerca de los rasgos que comparten las marcas poderosas concluyen en destacar diez atributos y requisitos clave de aquellas marcas que logran una gran conexión con sus consumidores y contribuyen al valor de sus organizaciones. Aquí la lista.
Con frecuencia me preguntan cuál es el punto de partida para construir y gestionar marcas de éxito, sin conocer que la respuesta es aquello que muchas empresas ya han olvidado: el propósito detrás de cada una de sus marcas.