Autores como Henry Mintzberg y Frances Westley indican que existen tres maneras de tomar una decisión: pensar, ver o hacer. Efectivamente, una decisión puede ser racional, visionaria o aventurada, o también una combinación de ellas. De hecho es poco probable que una decisión sea totalmente de una manera, ya que cada decisión que tomamos -sea en el campo personal o laboral- puede tener distintas características en el proceso. En este artículo conoceremos de cerca las decisiones involucradas en un emprendimiento.
Los emprendimientos están conformados por las decisiones "ver y hacer". El "hacer" una empresa ya es una decisión y tiene muy poco de "pensar" porque está relacionada con la intuición. Por otro lado, y como indican Mintzberg y Westley, el "ver" está relacionado a desarrollar un concepto y, justamente, la decisión de formar una empresa es una acción llena de ideas y de una visión a largo plazo.
Inmediatamente después del "ver y hacer" aparece el factor "hacer primero" que, en palabras de los autores, significa que «se hacen varias cosas, se averigua cuál de ellas funciona, se razona y se repiten los comportamientos que tienen buenos resultados mientras que el resto se descarta». Y, efectivamente, cuando uno emprende un negocio, no conoce cuál será el impacto real de un producto nuevo en el mercado; o cómo serán los pagos, el comportamiento de los clientes, los impuestos o las responsabilidades futuras. Los emprendedores no consideran estos aspectos, pero los aprenden mientras los van realizando.
Todos los días tomamos decisiones y cada una de ellas está cargada de componentes racionales, visionarios o aventureros; conforme vayamos adquiriendo experiencias formaremos nuestro propio estilo en la toma de decisiones.
Podríamos definir que encontramos las siguientes decisiones al momento de realizar un negocio:
Estas decisiones, que conllevan una serie de preguntas, van formando lo que Brousseau, K., Driver, M., Hourihan, G. y Larsson, R. han denominado los "4 estilos de toma de decisiones", un método que se basa en la experiencia que el emprendedor recibe mientras va conociendo su negocio: ya se equivocó y acertó, y ya sabe que funciona y que no.
Dentro de los cuatro estilos de decisión existen dos que los emprendedores realizarán con frecuencia: decisiones de estilo flexible y decisiones de estilo integrado. Las decisiones flexibles son las que se pueden realizar diariamente con creatividad; y las decisiones integradas vienen a ser las más trascendentales, como las ampliar las operaciones de tu empresa a otra ciudad.
Todos los días tomamos decisiones y cada una de ellas está cargada de componentes racionales, visionarios o aventureros; conforme vayamos adquiriendo experiencias formaremos nuestro propio estilo en la toma de decisiones.
Bibliografía Consultada:
Mintzberg, H. y Westley, F. (diciembre,2006). Tres modelos para mejorar la toma de decisiones. Harvard Deusto Business Review (152), pp. 54-60.
Brousseau, K., Driver, M., Hourihan, G. y Larsson, R. (marzo,2006). El estilo de toma de decisiones del ejecutivo experimentado. Harvard Business Review América Latina, 84 (3) pp. 54-66. (AR29218)
Todos los días tomamos decisiones y cada una de ellas está cargada de componentes racionales, visionarios o aventureros; conforme vayamos adquiriendo experiencias formaremos nuestro propio estilo en la toma de decisiones.
En toda organización, una idea revolucionaria no parte de una sola mente virtuosa, sino que es moldeada gracias a los aportes de varias personas. La creatividad funciona de la misma manera; por lo que el mito del "inventor solitario" debería ser desterrado de varias empresas.