Independientemente de la misión, objetivos estratégicos y metas de una empresa, el principal objetivo financiero es maximizar el valor de la misma para los propietarios, quienes -en última instancia- asumen el riesgo de perder su inversión.
A pesar de no ser considerado como el estamento inspirador de las grandes decisiones de las empresas, el objetivo financiero constituye la vertiente directriz a la que el resto de los objetivos funcionales deben discurrir para la supervivencia, crecimiento, y obtención del mayor valor del mercado de la firma.
Es la expresión más aproximada del buen funcionamiento de una empresa. El mayor valor se obtiene de los flujos de caja futuros que la empresa espera generar: el mejor saldo positivo entre las entradas y salidas de efectivo proyectadas, y descontadas al valor de hoy. La situación económica también es el resultado de la gestión comercial, operativa y administrativa, que finalmente se traduce en la utilidad operativa.
Además, se dice que una empresa goza una buena situación económica cuando tiene la capacidad de producir y mantener beneficios en un determinado plazo. Perseverar en buenos resultados es el objetivo básico de la gestión por excelencia.
Por otro lado, entendemos como una situación financiera saludable cuando la empresa puede atender oportunamente sus compromisos de pago, ya que la situación financiera está vinculada a las condiciones de liquidez. Es consecuencia de qué tan favorables se presentan las entradas y salidas de efectivo, derivadas de las actividades de operación, inversión y financiamiento.
Ambas situaciones están estrechamente relacionadas -la económica y financiera-, y lo deseable es que la empresa se encuentre con escenarios positivos en ambos lados. Rentable y solvente = propietarios y acreedores contentos.
Se dice que una empresa goza una buena situación económica cuando tiene la capacidad de producir y mantener beneficios en un determinado plazo.
En el extremo opuesto existen dos posiciones negativas en ambos aspectos, que están destinadas a la quiebra por insostenibilidad económica y por cesación de pagos. En esta situación, es necesaria una cirugía mayor que intervenga en la estructura funcional-económica y en lo financiero, acompañada de decisiones drásticas e inyección de capital por parte de los propietarios.
Existen dos situaciones mixtas:
Un hecho curioso es que la información histórica registrada en los estados financieros es más útil para conocer la situación económica que para evaluar la real posición financiera de la empresa, en donde el flujo de caja proyectado es quien tiene la palabra para esta última.
En base a lo descrito, ¿en qué situación económica y financiera se encuentra actualmente tu empresa?
Se dice que una empresa goza una buena situación económica cuando tiene la capacidad de producir y mantener beneficios en un determinado plazo.
MBA por ESAN. PMP por PMI. Licenciado en ciencias marítimo-navales, Marina de Guerra del Perú. Profesional experto en gestión de empresas públicas y privadas, evaluación y gestión de proyectos, privatizaciones y concesiones en los sectores eléctrico e inmobiliario. Ha ocupado cargos de dirección y gerencia en empresas públicas y privadas como FONAFE, SACECO, SINOBUS, SIMA Perú, FAME, Ministerio de Vivienda y Ministerio de Energía y Minas, IPAE, entre otros. Ha sido consultor y secretario técnico en PROINVERSION.
El presupuesto no es otra cosa que un plan en cifras. El plan de inversiones y el plan operativo derivan en el presupuesto de capital y en el presupuesto operativo. Las principales ventajas de hacer un presupuesto son las mismas que las de planear: reduce los efectos negativos causados por la imprevisión, alinea la gestión con los objetivos, promueve la coordinación entre áreas, establece un marco de referencia para evaluar el desempeño y puede servir como herramienta para motivar a la gerencia y los empleados.