El posible escenario geopolítico del petróleo en el mundo en las próximas décadas está condicionado por las siguientes circunstancias:
Asimismo, la situación actual del petróleo en el Perú se caracteriza por las siguientes particularidades:
Además, en el Perú, la metodología de establecimiento de los precios de los derivados de petróleo en el mercado interno está asociada al precio de paridad de importación (PPI) que establece un precio base, a este precio se le agrega un Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), que es una cantidad fija, independiente del precio base, justificado por la compensación de los daños a la salud pública y al medio ambiente.
A algunos combustibles se les agrega un impuesto al rodaje como compensación a los daños que los vehículos causan a la estructura vial, este impuesto es una tasa porcentual aplicada al precio base. Luego se aplica el Impuesto General a las Ventas (IGV), que grava la suma de los precios base más el ISC y el impuesto al rodaje. El IGV es un porcentaje fijo que actualmente se considera en 19%. La suma de estos componentes del precio final del combustible se denomina Precio Ex-Planta, al que hay que añadirle el margen minorista, con lo que se obtiene el Precio Final de Venta al Público en las estaciones de servicio.
El margen minorista es la diferencia entre el precio de venta al público y el precio ex-planta o sea el precio de venta que se factura al transportista que retira el cargamento en la planta de distribución, por tanto, engloba los márgenes para el transportista y del comercializador. No es difícil deducir que la carga tributaria a los productos derivados del petróleo es un ingreso fiscal para el Estado muy suculento y, por tanto, de difícil supresión, pero que implica una intervención directa en el establecimiento de los precios del combustible.
En el Perú existen siete refinerías para obtener productos derivados de petróleo. Tres son operadas por empresas privadas (La Pampilla de la empresa Relapasa perteneciente a Repsol, la refinería de Shiviyacu de Pluspetrol, y la refinería Pucallpa de Maple) y las 4 restantes son operadas por Petroperú (Talara, Conchán, Iquitos y el Milagro).
El proceso de refino de petróleo se encuentra concentrado en dos grandes refinerías, la de Talara y La Pampilla, propiedad de Repsol. Ambas refinerías concentran el 96% de la capacidad de refino del crudo. Debido a su dispersión geográfica las refinerías conforman monopolios geográficos naturales. En realidad existe una estructura duopólica en el sector de refino que imposibilita la existencia de un mercado que establezca de forma competitiva los precios del petróleo.
El Estado peruano interviene en el mercado de combustibles a través de Petroperú estableciendo tendencias en los precios, del Osinergmin estableciendo precios de referencia y del Fondo de Estabilización de Precios estableciendo un mecanismo de amortiguamiento ante la volatilidad de los precios internacionales.
En este contexto, las líneas generales actuales de la política petrolera del Ministerio de Energía y Minas son:
Para cumplir el objetivo de fortalecer y repotenciar a Petroperú, se procederá a la ejecución del proyecto de modernización de la refinería de Talara. La inversión del proyecto será de aproximadamente US$ 1700 millones, y tiene como objetivos:
La modernización de la refinería de Talara será realmente una inversión rentable e inteligente para el país, si el petróleo que se refine en esa instalación dentro de 5 años, cuando concluya la ejecución del proyecto, se dedique exclusivamente a la exportación y al suministro de la demanda interna. En este sentido, la rentabilidad de la millonaria inversión en la refinería de Talara estará condicionada a que el Estado Peruano ejecute, en coordinación con los correspondientes Ministerios, las siguientes acciones:
Si estas acciones no se integran en el proceso de modernización de la refinería de Talara, la rentabilidad del proyecto estará asociada exclusivamente al crecimiento de la demanda interna de combustibles líquidos, lo que implicaría incrementar la dependencia externa y vulnerabilidad del país en relación a este recurso fósil y profundizar la contaminación de las grandes ciudades del país, algo que como se ha indicado anteriormente es una acción muy irresponsable e inconsciente en el horizonte de algunas décadas.
La empresa nacional Petroperú debería transformarse en un elemento central en el proceso de transformación de un modelo energético dependiente y vulnerable a un modelo energético inteligente y sostenible dentro de una Estrategia Nacional Energética que, lamentablemente, al día de hoy no se ha discutido ni evaluado ni propuesto ni elaborado, por lo que se deduce que este proyecto de modernización no está entroncado dentro de un proceso de transformación del modelo energético actual.
¿Cómo califica usted la modernización de la refinería de Talara? ¿La ve como una inversión rentable e inteligente para el Perú?
Doctor en Ingeniería Eléctrica por la Universidad Carlos III de Madrid, Máster en Energías Renovables por la Universidad Europea de Madrid-Iberdrola, Ingeniero Eléctrico, especializado en Sistemas y Redes Eléctricas por el Instituto Politécnico de Bielorrusia. Fue Director del Máster Oficial en Energías Renovables, Universidad Europea de Madrid. Es Consultor Internacional, Especialista en Energías Renovables y Eficiencia Energética.
Las sociedades modernas y su modelo de crecimiento económico se enfrentan al agotamiento de los recursos naturales y al impacto de cambio climático. ¿Qué hacer para solucionar esta problemática?
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A finales de enero e inicios de febrero del 2016, se registraron derrames de crudo en el Oleoducto Norperuano, operado por PetroPerú. La explotación de petróleo implica graves riesgos medioambientales y la creación de situaciones de desastre ecológico para los habitantes de los territorios aledaños. Hay que tener en cuenta las lecciones que dejó este hecho.