La gerencia de riesgos en las empresas agrícolas del Perú

La gerencia de riesgos en las empresas agrícolas del Perú

Una gestión eficiente de los riesgos en las empresas agrícolas implica tomar medidas previas y posteriores a cualquier evento que pueda afectar los cultivos, además de contar con un seguro adecuado. 

Por: Rolando Rivera el 10 Junio 2024

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Según la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos, el fenómeno climático conocido como El Niño ocurre cuando la temperatura de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial se incrementan por encima del promedio histórico y los vientos del Este soplan con menor fuerza de lo normal. Según la agencia norteamericana, El Niño suele ocurrir cada tres a cinco años. Este fenómeno tiene repercusiones globales y afecta al Perú de forma severa, sobre todo si la elevación de las temperaturas del Pacífico incluye la llamada zona 1+2, que comprende las aguas territoriales del norte peruano. En este contexto, la diversificación de la oferta de seguros es clave para asegurar la sostenibilidad de las empresas agrícolas.

Riesgos del sector agrario

En 1992, el valor de las exportaciones de productos agropecuarios no tradicionales peruanos inició su despegue. Desde inicios del presente siglo, mostró un incremento exponencial gracias a una oferta exportable de mayor valor en la que destacan productos como los espárragos, las uvas, los arándanos, las paltas, los mangos, los cítricos, las alcachofas y la páprika. La mayoría se cultivan en la franja costera del país, sobre todo en el segmento comprendido entre Piura e Ica, que tiene mucho valor productivo para el sector. Aquí se ubican muchas fincas que no existían antes de este crecimiento y expansión. 

En la Costa norte, El Niño se manifiesta, sobre todo, con lluvias de marcada intensidad. Mientras tanto, en la Sierra sur se produce una sequía severa. Ambos eventos causan pérdidas no solo a la agricultura, sino también a otros sectores como industria y pesca, y tienen un impacto dramático sobre la propiedad y el patrimonio sobre diversos segmentos de la población. Si consideramos las regiones donde se ha expandido la producción agrícola de mayor valor, y puntualizamos la vulnerabilidad de los agronegocios peruanos ante El Niño, es claro que el riesgo es mucho mayor ahora que cuando se inició el despegue agroexportador, hace tres décadas. Esta situación se intensificará a medida que el sector continúe con su vertiginoso crecimiento. 

A pesar del riesgo inherente a la actividad agrícola y la exposición al riesgo de los agronegocios peruanos, la penetración del seguro agrícola (definida como el monto total de primas sobre el producto bruto interno agrícola) fue virtualmente nula en el Perú hasta el 2009, cuando el Ministerio de Agricultura instauró el Seguro Agrícola Catastrófico (SAC). Sin embargo, según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la cobertura de seguros agrícolas es baja en la región andina, ya que solo abarca el 1 % de la tierra cultivada y existen menos de diez empresas aseguradoras. Mientras tanto, en Argentina, la cobertura de seguros llega hasta el 65 % del área agrícola y en Paraguay, Chile y Brasil las coberturas alcanzan el 28 %, 15 % y 9 %, respectivamente.

Medidas previas y posteriores 

Una adecuada estrategia de gestión de riesgos en un negocio agroindustrial incluye medidas ex ante y ex post. Las primeras enfrentan el evento mediante la minimización de la probabilidad de un impacto negativo en el cultivo mismo (por ejemplo, variedades resistentes a inundaciones). Las segundas minimizan las consecuencias económicas de dicho evento (por ejemplo, la adquisición de un seguro agrícola). Entre las medidas que un negocio agroindustrial puede adoptar como estrategia de gestión de riesgos, se incluyen la diversificación geográfica, de cultivos o actividades. También puede apostarse por la integración, la constitución de capitales de contingencia, los contratos de producción y diversas modalidades de transferencia de riesgo, entre las que se incluye el seguro agrícola.

Estas medidas combinan soluciones que mitigan las pérdidas económicas por caídas de producción y variaciones en los precios a lo largo de la cadena de suministro agrícola, y se adoptan de acuerdo con las características del negocio, los riesgos que este enfrente y la percepción de riesgo de quienes toman decisiones en el interior de estas organizaciones.  Estas medidas, que pueden resultar bastante eficientes en años relativamente normales, pueden ser insuficientes en años en que un fenómeno sistémico o catastrófico se manifieste de forma severa. 

Importancia del seguro agrícola

Para minimizar el riesgo por completo, una adecuada estrategia de gestión de riesgos debe incorporar al seguro como elemento que marque la diferencia entre el riesgo inherente al agronegocio, manifestado en la póliza de seguro como deducible, y el riesgo que es transferible a cambio de una compensación pecuniaria, manifestado en la póliza de seguro como prima. Así, el seguro limita las pérdidas económicas a una cantidad máxima a partir de la cual el asegurador compensa el deterioro financiero del agronegocio que resulta de una caída en la producción agrícola. 

El seguro es tanto un instrumento financiero como operativo porque, aunque suele posibilitar la continuidad operativa al restituir costos de producción que permiten la resiembra, también podría restituir los márgenes de ganancia esperados de los agronegocios ubicados en eslabones de la cadena de valor alejados de la actividad agropecuaria propiamente dicha, o de aquellos verticalmente integrados. Este concepto puede entenderse mejor con un ejemplo. Una agroexportadora produce espárragos y, al mismo tiempo, tiene almacenes refrigerados y una planta empacadora. Su expectativa de procesamiento sobrepasa su capacidad de producción agrícola y, por tanto, la empresa brinda servicios de almacenamiento y empaque a otros productores de la región.

Si la producción de espárragos en la región cae de manera significativa por un fenómeno climático, el agronegocio verá afectada su ganancia por una disminución de su actividad agrícola y del uso de su capacidad instalada. Ambos riesgos no tienen por qué ser parte inherente del negocio y pueden ser transferidos a un tomador de riesgo. Por ello, el seguro agrícola en el Perú tiene que expandirse y especializarse según el crecimiento y las necesidades del sector para proteger de forma adecuada a los agronegocios contra eventos impredecibles, pero probables, cuyas consecuencias serían devastadoras e irreversibles. 

Para esta finalidad, existen diseños de seguro agrícola que cubren diversas necesidades y que, de forma genérica, pueden dividirse en indemnizatorios (contra riesgos múltiples) y paramétricos. Los primeros se dirigen sólo a la actividad agrícola y, normalmente, garantizan un porcentaje del rendimiento histórico de la finca que toma la cobertura. Los segundos también pueden ofrecerse a los diferentes actores a lo largo de la cadena de suministro agrícola y sus indemnizaciones se basan en una variable correlacionada al rendimiento agrícola, como la precipitación pluvial, la temperatura, la evapotranspiración o incluso el rendimiento del cultivo en toda la región donde se encuentra el asegurado. 

¿Cómo diversificar la oferta de seguros?

Si se pretende llegar a los niveles deseados de especialización y diversificación de la oferta de seguros agrícolas, según lo antes mencionado, la capacidad actuarial de las compañías de seguros debe aumentar, igual que la participación de las (re)aseguradoras internacionales que brindan tanto su capacidad financiera como su conocimiento técnico. Al mismo tiempo, los Gobiernos deben mantener un marco institucional adecuado y ser una fuente confiable de información y datos. Por su parte, las instituciones educativas deben poner énfasis en estudios científicos y cuantitativos que contribuyan con el desarrollo del sector.

La diversificación de la oferta de herramientas para la gestión de riesgos es indispensable en un sector dinámico y en franco crecimiento. En tanto la oferta de estas herramientas se expandan, los agronegocios tendrán nuevas posibilidades de crecimiento mediante un mayor acceso al crédito y la atracción de capital fresco, gracias a una mayor confianza de los inversionistas. ¿Qué herramientas empleas para gestionar los riesgos de tu negocio? Cuéntanos tu experiencia.

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La diversificación de la oferta de herramientas para la gestión de riesgos es indispensable en un sector agrícola tan dinámico y en franco crecimiento.

Rolando Rivera

Master of Science en Economía Agrícola por la Humboldt Universität zu Berlin (Alemania) y Master en Administración de Negocios por la University of Liverpool (Gran Bretaña). Bachiller en Economía por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Profundo conocimiento en el desarrollo de soluciones complejas a lo largo de la cadena de valor agrícola. Amplia experiencia en desarrollo de negocios y manejo de cuentas a nivel local, regional y global. Sólidos conocimientos en el desarrollo de protocolos y estandarización de procesos operativos. Perfil internacional y experiencia multicultural habiendo desarrollado actividades profesionales en más de 50 países. Se ha desempeñado como colaborador en el Departamento de Economía Agraria Cuantitativa de la Humboldt Universität zu Berlin (Alemania), elaborando material didáctico e implementando tutorías en los campos de la econometría y las matemáticas. Actualmente es consultor independiente en temas vinculados a la gestión de riesgos agrícolas.

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