La crisis política y social que atraviesan los países latinoamericanos empieza a mellar en las proyecciones de crecimiento económico con miras al 2020. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el crecimiento económico de la región al cierre del 2020 solo sería de 0.1 %. En este escenario, ¿cómo se encuentra el Perú, respecto a sus vecinos?
Según Cepal, la dinámica de la actividad económica en América Latina y el Caribe se da en un contexto en que la economía global ha disminuido, en el 2019, su contribución al crecimiento de la región, situación que se mantendría el próximo año. En julio, este organismo proyectó una expansión económica regional del 0.5 %, muy por debajo de lo estimado en abril, que ascendía hasta 1.3 %.
Cepal mantuvo su estimación de que el producto bruto interno (PBI) de Brasil, la principal economía del bloque, anotaría un alza de 0.8 % al cierre de este año, pero aplicó un segundo recorte a su previsión sobre México, que solo crecería un 0.2 %, frente a una estimación anterior de 1 %. Argentina se contraería 3 %, Colombia crecería 3.2 % y Chile también aumentaría, pero solo 1.8 %.
La política fiscal y monetaria en el Perú han sido bastante acertadas y nos permiten mantener un desempeño macroeconómico estable.
En el caso del Perú, Cepal proyectó un crecimiento de 2.5 % para este año, menor en 0.7 puntos porcentuales a lo estimado en julio. Para el próximo año, este crecimiento sería de 3.2 %. El Banco Central de Reserva del Perú (BCR) es más optimista y eleva la proyección de crecimiento a 2.7 %, mientras que el Ministerio de Economía y Finanzas proyecta un repunte del PBI de 3 %.
El deterioro que se observa en el panorama internacional proviene de muchos años antes. En el 2014, el precio de los commodities y la demanda de materias primas descendieron considerablemente y todos los países afrontaron sus consecuencias de maneras diferentes. En el caso de Latinoamérica, frente a otras regiones, no pudo manejar sus políticas monetarias y fiscales de manera acertada.
Los países cuya economía se resintió más en este contexto fueron aquellos con una política monetaria deficiente. Es el caso de Argentina, que gastó más de lo que podía y su política monetaria es muy expansiva. Del otro lado, se encuentra el Perú, cuyo crecimiento, si bien no es el ideal, hoy se encuentra en un importante 2.7 %. La demanda distinta de los bienes exportados por uno y otro también influyó en estos resultados.
La política fiscal y monetaria en el Perú han sido bastante acertadas y nos permiten mantener un desempeño macroeconómico muy estable, aunque todavía existen problemas por solucionar a nivel micro. Esta es una situación que compartimos con otros países, como México, Colombia y Chile, pese a las crisis que atraviesan estos dos últimos, y nos mantiene distantes del panorama que viven Brasil y Argentina. ¿Qué se necesita para asegurar una recuperación de la economía nacional? Déjanos tu opinión.
En la próxima entrega, repasaremos los sectores productivos que aportaron más a la economía peruana este año y las proyecciones para el 2020.
La política fiscal y monetaria en el Perú han sido bastante acertadas y nos permiten mantener un desempeño macroeconómico estable.
PhD en Economía por la Universidad de Pittsburgh, con especialización en Macroeconomía, Comercio y Finanzas Internacionales. Bachiller y licenciado en Economía Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor Principal de la Universidad ESAN. Ha sido Miembro y presidente del Directorio de POPULAR Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI). Se ha desempeñado como Asesor y Gerente Central de Desarrollo (e) de la Contraloría General de la República y miembro del Consejo Directivo del OSIPTEL. Ha sido consultor del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), liderando la elaboración del modelo econométrico del Marco Macroeconómico Multianual del MEF. Es director de las Maestría en Gestión Pública y Desarrollo Sostenible de la Universidad ESAN.
A pesar de que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha emprendido acciones que contribuyeron a reducir el riesgo de inflación, es necesario complementarlas con medidas que aumenten la seguridad de los inversionistas.