Hiraoka fue un experimento de diversos tipos de rubro, hasta que un judío importador de radios le propuso que vendiera sus productos en su tienda. Esta es es la historia historia de esta empresa.
En el año 1933 llega el odontólogo japonés Carlos Chiyoteru Hiraoka a Huanta (Ayacucho), para visitar a sus parientes, sin presagiar que ese encuentro le cambiaría la vida.
Resulta que su hermano lo convence de quedarse en Perú e iniciar su futuro profesional; sin embargo, tal sueño fue imposible por su mal manejo del idioma español, así que debió ganarse el sustento en diversos trabajos y oficios que se le presentaban.
Un lustro después, en 1938, llegó la oportunidad que le cambiaría la visión. La vacante de empleo publicado en un periódico de la colonia japonesa por el comerciante José Ishikawa, propietario de una cadena de tiendas en la ciudad de Ayacucho.
Fue en este negocio que aprende el manejo del comercio y administración; no obstante, a pesar que la tienda surge y se expande a Huanta, el local cierra por motivos políticos y con su liquidez decide empezar su propia empresa.
Con 27 años Carlos Chiyoteru queda cautivado de Rosa Torres, una chica de Huanta con quien finalmente forma un hogar, y deciden juntos, abrir una pequeña tienda de 20 metros cuadrados donde vendían de todo. El negocio crecía y el bazar fue creciendo en tamaño y reputación, fue tan conocido y querido que Hiraoka llegó a ser alcalde de Huanta. Luego se enfocó en su siguiente objetivo: Lima.
En Huanta, con trabajo y dedicación Hiraoka pudo hacerse un nombre, pero la capital era un reto muchísimo más grande. En 1964 alquiló un puesto en la esquina de la Av. Abancay, y se dedicó por 5 años a varios rubros como importaciones de plástico, regalos, juguetería y hasta útiles de escritorio.
Su hijo Raúl Hiraoka Torres contó en una entrevista a discovernikkei.org, que la venta de electrodomésticos llegó de manera casual, pues en uno de los viajes que su padre hace a Ayacucho su acompañante de asiento, era un ciudadano de origen judío importador de radios, que le propone vender sus productos en su tienda. Gracias a estas ventas se da la expansión de la empresa, con más sucursales hasta llegar a tener una marca de electrodoméstico llamada "Miray".
Desde allí, Hiraoka fue construyendo un imperio comercial en la venta de electrodomésticos, tecnología y artículos para oficina y hogar, cuya tenacidad le sirvieron para generar una cultura empresarial.
El primer local propio fue construido con nueve pisos en la esquina de las avenidas Abancay y Cusco (hoy Emancipación) y llevó por nombre Importaciones Hiraoka, un nombre que quería decir que "uno importaba y vendía directamente al público, con mejores precios", dijo Carlos Hiraoka Torres a una entrevista a El Comercio en 2006.
En 1996, la empresa tomó la distribución de Philips por cinco años, luego comercializaban marcas japonesas. Carlos Hiraoka comentó en la entrevista que los ocho hermanos ayudaban a su padre desde la tienda de Huanta. Carlos Chiyoteru Hiraoka fallece en 2004 y trece años después, su esposa Rosa Torres viuda de Hiraoka.
Actualmente Hiraoka cuenta con 4 grandes tiendas estratégicas ubicadas en Lima (Av. Abancay 594), Miraflores (Av. Petit Thouars 5273), San Miguel (Av. La Marina 2650) e Independencia (Av. Carlos Izaguirre 126). Según el estudio Marcas 2.0 realizado por Arellano Márketing y publicado en El Comercio en 2017, esta empresa es la marca que más recuerdan los peruanos en la categoría electrodomésticos.
Asimismo, para el coordinador del programa de Retail Management de ESAN, Hugo Rodríguez Barba, el éxito de Hiraoka no es solo tradición sino que la experiencia de compra es fantástica.
"La tienda de San Miguel es número uno en ventas por metro cuadrado en Perú. Han sabido encontrar los botones correctos para mantenerse bien, su marca propia funciona. Hiraoka cumple lo que promete, tiene la mejor atención postventa que hay en el Perú, es creíble, bien localizada, tiene créditos, su propuesta es estar surtida, pues si no lo encuentras en Hiraoka no lo encuentras en otro lado. Pero no es barato y la gente no regatea, paga calladito", dijo en una entrevista para Perú Retail.
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Fuente: Perú Retail