Formas empresariales: Cada empresario necesita un traje a su medida

Formas empresariales: Cada empresario necesita un traje a su medida

Cada emprendedor debe constituir una empresa que se ajuste a sus necesidades, las que no siempre serán cubiertas con formatos estandarizados o productos legales elaborados en masa.

Por: Manuel Portocarrero Gonzáles el 24 Junio 2022

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Al acudir a la oficina para una reunión de trabajo o a un evento social, necesitamos vestir acorde para la ocasión. Podemos comprar el traje en una tienda o pedir su confección a nuestra medida. En ambos casos, la experiencia de compra será distinta.

En el primer caso, encontraremos trajes de determinados modelos y colores que fueron confeccionados sobre tallas estándar y el que elijamos puede quedarnos más grande o pequeño. En el segundo, podemos elegir entre una amplia variedad de telas, colores y estilos. Además, si elegimos un buen sastre, la prenda que confeccione nos hará sentir cómodos y lucir bien.

Quienes vivimos ambas experiencias, podemos asegurar que un traje a la medida siempre será la mejor opción. Lo mismo sucede cuando un emprendedor elige la forma en que realizará sus actividades económicas. La forma empresarial será el traje con el cual se presentará frente a los demás actores del mercado (clientes, proveedores, Estado, financistas, etc.).

La libertad de empresa consagrada en el artículo 59 de nuestra Constitución nos permite elegir, entre otros, la forma empresarial y el modo de gestionar de nuestras empresas. Para tomar la decisión más acertada, debemos ser conscientes de nuestros intereses y necesidades.

¿Qué tipos de empresas podemos constituir?

La elección del traje empresarial no debe tomarse a la ligera. Nuestra legislación nos permite emprender como personas naturales con negocios, sin tener que realizar algún gasto para iniciar actividades económicas. Además, tenemos la ventaja de acceder a un régimen simplificado de pago de impuestos. La desventaja radica en la responsabilidad ilimitada del titular del negocio, es decir, el empresario responderá frente a las deudas con todo su patrimonio.

Otra opción es la empresa individual de responsabilidad limitada (EIRL). Como su nombre lo indica, el empresario inicia un negocio con responsabilidad limitada al patrimonio aportado, pero solo admite como titular a una persona natural.

Por otro lado, tenemos a las sociedades reguladas en la Ley n.o 26887 (Ley General de Sociedades). Entre ellas, se encuentra la sociedad anónima en sus dos formas especiales: cerrada (SAC) y abierta (SAA). También se incluye la sociedad comercial de responsabilidad limitada (SRL) y la sociedad civil de responsabilidad limitada. Otra adición reciente es la sociedad por acciones cerrada simplificada (SACS), creada por Decreto Legislativo n.o 1409.

¿Cómo elegir la forma empresarial adecuada?

Para elegir una de estas formas societarias, debemos tener en cuenta el número de socios, el monto de capital, la responsabilidad frente a las deudas y los órganos de administración. También hay que considerar las limitaciones al ingreso de otros socios u otros pactos que los socios deseen integrar a la sociedad, como las prestaciones accesorias al aporte de capital o limitaciones a las facultades de disposición y gravamen.

Con el objetivo de promover la formalización empresarial, el Estado creó mecanismos para la constitución de empresas que abaratan los costos. Un ejemplo es la constitución de empresas a través del Sistema de Intermediación Digital (SID) de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp). A través de medios virtuales, puede constituirse una sociedad o EIRL sin minuta ni contar con la asesoría de un abogado.

Incluso, en el caso de la SACS, estas empresas se constituyen sin la intervención de un notario. Sin embargo, como desventaja, puede que la forma empresarial elegida no sea la adecuada a las necesidades de los empresarios, ya que son muy variadas.

¿Y si el traje que nos regalan no nos queda?

Volviendo a nuestra metáfora, puede que el traje que nos regalen no sea de nuestra talla y, por lo tanto, resulte inútil. Del mismo modo, las iniciativas del Gobierno tienen buenas intenciones al abaratar costos para incentivar la formalización, pero puede que el pacto social y los estatutos de la empresa constituida en masa o sobre la base de modelos o formatos preestablecidos no sean útiles a los empresarios y que estos terminen gastando más tiempo y dinero en modificar el pacto social y los estatutos.

Siempre será más conveniente y, a la larga, menos costoso constituir una empresa con la asesoría legal adecuada y cuyos documentos constitutivos se elaboren luego de haber escuchado las necesidades de los empresarios. Solo así podemos tener un traje empresarial a la medida de nuestras necesidades. ¿Cómo elegiste la forma empresarial más adecuada para tu negocio? Cuéntanos tu experiencia.

* Manuel Portocarrero Gonzáles es profesor en ESAN Business Law

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Siempre será más conveniente y menos costoso constituir una empresa con la asesoría legal adecuada y cuyos documentos constitutivos se elaboren tras escuchar las necesidades de los empresarios.

Manuel Portocarrero Gonzáles

Abogado por la USMP con especialidad en Derecho Corporativo. Magíster en Finanzas y Derecho Corporativo por la Universidad Esan. Diploma en Finanzas y Derecho Europeo por la Universidad Carlos III de Madrid. Egresado del PEE Esan con especialización de Derecho Financiero. Docente universitario, abogado litigante y asesor de micro, pequeñas y medianas empresas de capital peruano y extranjero.