Las empresas de alimentos de consumo masivo supieron afrontar la crisis económica que afronta el Perú desde hace un par de años mediante una serie de estrategias orientadas al ajuste de sus precios, su nivel de conexión con los clientes y las modalidades de compra disponibles.
La crisis económica que experimentó el Perú durante los últimos dos años fue resultado de una combinación de factores internos y externos que afectaron su estabilidad. La pandemia de la Covid-19 también tuvo un impacto devastador en la economía y golpeó sectores clave como el turismo, la minería y los servicios. Sin embargo, las empresas de alimentos de consumo masivo lograron salir adelante mediante una serie de acciones que analizaremos a continuación.
Las restricciones de movilidad, el cierre de negocios y la disminución de la demanda global de productos afectaron la producción y el empleo, lo que produjo un periodo de recesión. Además, la inestabilidad política, con varios cambios de presidentes en un corto periodo y enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo, generó gran incertidumbre entre inversionistas y empresarios, y retrasó decisiones de inversión. Ello impactó de manera negativa en la confianza hacia el país.
La inflación y el aumento del costo de vida, impulsados por factores globales como el alza en los precios de las materias primas y la interrupción de las cadenas de suministro, redujeron el poder adquisitivo de los hogares y exacerbó las desigualdades económicas. Además, se produjo una desaceleración de la inversión privada, ya que los inversionistas prefirieron esperar y observar con detenimiento la situación antes de actuar.
El Perú también enfrenta problemas estructurales de larga data, como la informalidad laboral, la desigualdad social, la falta de infraestructura adecuada y una educación de calidad insuficiente. Estos retos limitan la capacidad del país para recuperarse con rapidez de los choques económicos y sostener un crecimiento inclusivo y sostenido.
En este contexto, las empresas de alimentos de consumo masivo en el Perú implementaron diversas estrategias para adaptarse a la recesión y mantenerse competitivas en un entorno desafiante. Asimismo, ajustaron sus precios y presentaciones para mantener la competitividad y accesibilidad de sus productos, al ofrecer formatos económicos mejor adaptados al presupuesto reducido de los consumidores.
Estos negocios también enfocaron sus esfuerzos en optimizar sus costos, renegociar sus contratos con proveedores, adoptar tecnologías que mejoren la eficiencia y ajustar sus cadenas de suministro para minimizar el impacto de la inflación en los costos de las materias primas.
Para mantener la demanda, las empresas de alimentos lanzaron campañas de promociones, descuentos y ofertas especiales, dirigidas a consumidores más sensibles a los precios. Además, diversificaron e innovaron su portafolio de productos, al incluir alternativas más saludables, sostenibles y con un mejor valor percibido.
Las empresas también fortalecieron sus canales de venta digital y la logística de distribución para llegar de manera más efectiva a los consumidores que prefieren comprar desde casa. Algunas reforzaron su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social, y se adaptaron a la creciente demanda de productos respetuosos con el medioambiente. Esta acción, sumada a su apoyo a las comunidades locales, contribuyó a mejorar su imagen corporativa.
Para evitar caídas en las ventas, las empresas adoptaron tácticas enfocadas en mantener la demanda y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. La segmentación y la personalización fueron claves para identificar y dirigirse a grupos específicos de consumidores con ofertas adaptadas a sus necesidades.
Las promociones y los descuentos constituyeron una táctica fundamental, al ofrecer incentivos para aumentar el volumen de ventas y atraer a consumidores más sensibles a los precios. Además, los negocios desarrollaron nuevas presentaciones de productos más pequeñas o de bajo costo para permitir a los consumidores seguir comprando a pesar de la reducción en su poder adquisitivo.
El refuerzo de los canales de venta digitales fue otra táctica crucial, con empresas que invirtieron en plataformas online para mejorar la experiencia del usuario, optimizar sitios web, ofrecer métodos de pago flexibles y proporcionar servicios de entrega rápida o gratuita. También optimizaron sus puntos de venta físicos, al mejorar la disposición de productos, ubicar promociones de forma estratégica y capacitar al personal para ofrecer un servicio excepcional.
Los programas de fidelización de clientes también se volvieron más atractivos. Hoy, las empresas ofrecen recompensas y beneficios especiales para aumentar la lealtad de sus clientes y fomentar las compras repetidas.
Las empresas también ajustaron sus estrategias de precios para asegurar su competitividad. Algunas optaron por usar precios dinámicos, que pueden ajustarse en tiempo real según la demanda, mientras que otras prefirieron trabajar con precios basados en el valor percibido por sus clientes.
El marketing emocional y el enfoque en la marca permitieron una conexión más profunda con los consumidores y realzar valores de marca como la solidaridad y la sostenibilidad. Los negocios también diversificaron sus canales de venta, exploraron nuevos mercados e implementaron estrategias de cross-selling y upselling para aprovechar más oportunidades de ventas.
Estas medidas buscan mitigar el impacto de la recesión, mantener la fidelidad de los consumidores y adaptarse a un mercado en constante cambio, para ayudar a las empresas a mantenerse resilientes y competitivas en tiempos de crisis económica. ¿Qué medidas aplicaste en tu negocio? Cuéntanos tu experiencia.
Las medidas tomadas por las empresas de alimentos de consumo masivo buscaron mitigar el impacto de la recesión, mantener la fidelidad de los consumidores y adaptarse a un mercado en constante cambio.
Ingeniero UNALM, MBA de ESAN, Máster en Marketing Intelligence de ESIC-Madrid, Especialización en marketing digital CAPCE y certificado en coaching. Con 25 años de experiencia en el sector de alimentos de consumo masivo y consumo industrial B2B, en puestos de Gerencia de Marketing, Gerencia Comercial y Gerencia General. He liderado el desarrollo y lanzamiento de productos y marcas nuevas como salsas Walibí, embutidos Terraza Grill y he relanzado y la marca de salsas Libby´s, comenzando desde el proceso de formulación, desarrollo de empaques, costos, branding y marketing.