¿Es usted un mal jefe?

¿Es usted un mal jefe?

En una columna de opinión para la revista La Cámara, Peter Yamakawa, decano de ESAN Graduate School of Business, habla sobre cómo la falta de visión, el bajo el enfoque a resultados y la despreocupación por los empleados caracterizan a los malos jefes en una empresa.

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Los empleados con un bajo nivel de satisfacción en una empresa reducen el crecimiento de la misma, además de su propio desarrollo profesional y personal. En general, tienen algo en común: un mal jefe. Y la situación es más compleja porque un mal jefe no sabe que lo es y, por ende, continúa con las mismas actitudes incorrectas. A continuación, se presentan algunas de ellas:

No lidera con el ejemplo.- El respeto y compromiso por colaboradores y clientes debe empezar por la cabeza. Ser impuntual, no conocer a los clientes e ignorar los objetivos de la compañía son fatales.

Predomina el ego.- Tomar el crédito del éxito del trabajo en equipo, deducir que todos cometen errores excepto uno mismo, no aceptar sugerencias u opiniones muestran un gerente egocéntrico.

No valora la diversidad.- Todo colaborador es distinto, en fortalezas y debilidades. Está en su labor gestionar ambos aspectos.

Falta de comunicación.- Si no tiene contacto con los empleados o si la comunicación es pobre, no podrá gestionar el trabajo de forma adecuada.

Falta de visión.- No tener en claro qué resultados se requieren hace que la productividad de los colaboradores disminuya.

No está orientado a resultados.- Un buen jefe debe perseguir metas concretas que repercutan en favor de la organización.

Falta de enfoque en logros.- Agradecer únicamente a los responsables de equipo, ignorando a todos los que colaboraron desencadena en una desmotivación del personal.

Cambia de opinión constantemente.- Ser inconstante dificulta el trabajo y genera mayor carga laboral. Ofrecer unas indicaciones en la mañana y cambiarlas durante la tarde merma el rendimiento.

Miedo a fallar.- Un jefe debe trabajar con mentalidad creativa y emprendedora, sumada con la capacidad para gestionar los riesgos. Es necesario romper el statu quo.

No es disruptivo.- Siempre hace lo mismo, no propone nuevos procesos, actividades de integración, cambios favorables en la organización, etc. Esta es una de las grandes causas de rotación de personal.

Lee el artículo completo aquí.

Fuente: La Cámara