La economía peruana se ha mantenido a flote durante los últimos 25 años, gracias a una política monetaria responsable y una política fiscal bastante conservadora. Sin embargo, aún tiene como reto lograr una estabilidad macroeconómica mediante políticas económicas que se mantengan, pese al cambio de mandato. Además, es importante desarrollar una mayor equidad en oportunidades de desarrollo.
Hoy existen muchas actividades que producen inequidad, entendida como un subsidio cruzado. Las personas que perciben mayores ingresos subsidian el consumo de aquellas con menores ingresos. Para cambiar esta situación, es importante buscar mecanismos dinámicos que permitan brindar las mismas oportunidades a todas las personas, independientemente de los ingresos que perciban.
Quizás el sector que mejor evidencia este problema es la educación. Los niños de familias con mayores ingresos suelen recibir una formación más completa que aquellos niños con familias de menores ingresos. Una situación similar se registra en el sector salud, que asegura una mayor prevención y un mejor tratamiento para los pacientes con mayor poder adquisitivo.
Si mejoramos la calidad de la educación y la salud, de manera integral, podríamos lograr que toda la población tenga las mismas oportunidades de crecimiento. Sin embargo, la ecuación entre equidad y eficiencia se encuentra en constante tensión. Si se busca mayor equidad en un servicio, suele sacrificarse su eficiencia, y viceversa. Es mejor buscar la equidad una vez que se ha logrado la estabilidad del servicio.
En la medida en que aumenta la riqueza del país, la población de mayores ingresos consume y gasta cada vez menos. Es ahí donde ingresan los mecanismos de distribución, que permiten incorporar al mercado a las personas con menores ingresos e impulsar un mayor consumo de su parte para generar un círculo virtuoso.
Si mejoramos la calidad de la educación y la salud, de manera integral, podríamos lograr que toda la población tenga las mismas oportunidades de crecimiento.
Debemos lograr una mayor equidad con el menor gasto posible. Si queremos aumentar la eficiencia, debemos asegurar una distribución justa de todos los recursos. Es una tensión natural en todo proceso. Hoy suele plantearse que, al existir mayor concentración, se registra un ingreso y crecimiento cada vez menor porque el salario del grueso de la población se estanca. Es un problema serio por atender.
Debemos pensar en la equidad como una forma de potenciar el mercado laboral y el capital humano. Una mejor educación aumentará la equidad de oportunidades. Mejores servicios de salud mejorarán las condiciones de formación de los profesionales. A su vez, un aumento de la demanda laboral aumentará la equidad de los servicios y generará cadenas cada vez más grandes de productos.
Es importante que la calidad de nuestra economía crezca en sintonía con la de nuestros recursos humanos. Por ello, debemos entender la empleabilidad como un grupo de personas cuyo nivel de educación y salud les permite desenvolverse en una variedad de sectores y actividades. Rubros como manufactura y turismo pueden acoger a un mayor número de trabajadores, así como los servicios de valor agregado.
Otro factor a tomar en cuenta para lograr una mayor equidad es la política tributaria. La población que percibe más ingresos paga impuestos que permiten una oferta de servicios públicos de calidad para las personas de menores recursos. El sistema falla cuando existe una mayor concentración en el proceso de tributación, ya que el precio aumenta.
Hoy se registran altos niveles de evasión tributaria, aunados a un amplio sector informal. La recaudación se concentra demasiado en pocas familias. Es necesario lograr que la población de todo el país desarrolle una visión más holística de la formalización, desde el punto de vista laboral y financiero, a fin de insertarla en este proceso. Se requiere con urgencia nuevas bases tributarias, ya que las actuales no permiten avanzar.
Para terminar, no basta con replicar modelos de países vecinos, ya que cada uno posee una base institucional diferente. Es posible adaptar ciertos aspectos al contexto local, siempre que nos aseguremos de que el Estado está preparado para soportar las reformas necesarias. La calidad de los recursos humanos, la estructura poblacional, espacial y social tendrán mucho que ver en este proceso. ¿Qué otras medidas permitirían aumentar la equidad en el país? Déjanos tu opinión.
Si mejoramos la calidad de la educación y la salud, de manera integral, podríamos lograr que toda la población tenga las mismas oportunidades de crecimiento.
PhD en Economía por la Universidad de Pittsburgh, con especialización en Macroeconomía, Comercio y Finanzas Internacionales. Bachiller y licenciado en Economía Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor Principal de la Universidad ESAN. Ha sido Miembro y presidente del Directorio de POPULAR Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI). Se ha desempeñado como Asesor y Gerente Central de Desarrollo (e) de la Contraloría General de la República y miembro del Consejo Directivo del OSIPTEL. Ha sido consultor del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), liderando la elaboración del modelo econométrico del Marco Macroeconómico Multianual del MEF. Es director de las Maestría en Gestión Pública y Desarrollo Sostenible de la Universidad ESAN.
A pesar de que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha emprendido acciones que contribuyeron a reducir el riesgo de inflación, es necesario complementarlas con medidas que aumenten la seguridad de los inversionistas.