¿Por qué decidió estudiar en la Universidad de Osaka?
Después de estudiar Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), tuve claro que necesitaba formarme en una potencia mundial como Japón para estar donde comenzaba la revolución tecnológica y destacar en el mercado profesional. Así que postulé a una beca del Gobierno japonés y el Inabec (hoy Pronabec - Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo). Así logré ser admitido en la Universidad de Osaka, una de las mejores de Japón, que destaca por sus lazos de colaboración estratégica entre industria, Gobierno y universidad.
¿Qué aprendizajes rescata de sus estudios en Japón?
Aprendí a ser más disciplinado y metódico en mis labores, porque la exigencia y competitividad de la cultura japonesa es muy alta. También comprendí que la clave de la productividad es el planeamiento y la mejora continua.
Tuve que mejorar mis niveles de razonamiento y comprensión de problemas. También aprendí a valorar más el respeto por las personas mayores y la importancia del trabajo en equipo. En Japón hay mucho sentido de colectividad para sacar adelante los proyectos por medio del respeto, los valores y el honor.
¿Cuáles fueron sus principales aportes como investigador invitado del GITI de Waseda University?
Durante mi estadía como profesor participé en proyectos de telecomunicaciones que involucraban a Japón y Latinoamérica. Los equipos de trabajo que conformé desarrollaron las primeras iniciativas relacionadas con internet móvil y los aspectos de foto y video en celulares.
Además, aprendí mucho sobre cómo liderar un cambio tecnológico e identificar claves para desarrollar negocios relacionados con nuevas tecnologías. En Japón aprendí el valor de la disciplina, del trabajo en equipo, de la constancia y también a tener una visión estratégica. Todo lo que hago actualmente sigue objetivos y tiene una visión.
¿En qué nivel se encuentran los programas de posgrado en el Perú frente a otros países del mundo?
Las escuelas de posgrado en el Perú vienen mejorando de manera notable. En el último ránking de América Economía, ESAN hizo historia al ser la primera escuela de negocios en ubicarse entre los cinco primeros puestos. El aumento de nivel se debe a una mayor internacionalización, producción de investigaciones y adaptación de mallas curriculares a los estándares internacionales. También responde a una gran exigencia de los profesores. En nuestro país, debe valorarse más la calidad académica que ofrecemos.
Desde su experiencia como líder de procesos de acreditación, ¿por qué es importante que las universidades cuenten con acreditaciones internacionales?
Porque otorgan importantes garantías de calidad educativa tanto a nivel institucional como de programas. Son estándares que tratan de asegurar y promover la mejora continua de los procesos y productos de las instituciones académicas, tales como la actualización de las mallas curriculares, el perfil de los docentes que deben dictar cada curso, la atención a los usuarios, entre otros. Entre sus beneficios destacan el reconocimiento y valoración frente a las escuelas de negocios del exterior y el respaldo para efectuar convenios, además de las facilidades para que los alumnos y graduados accedan a seminarios gratuitos, los descuentos en conferencias y webinars, entre otros.
¿Cómo contribuye una maestría especializada al perfil de un profesional?
Si el profesional desea seguir una línea de carrera en un área determinada, como finanzas o marketing, una maestría especializada es lo más adecuado. Estos programas permiten que los participantes sean expertos en un área determinada por la profundidad de los temas que tocan. También definen mejor el perfil profesional, al señalizar adecuadamente los intereses de la persona. Un detalle importante que se debe considerar es que las maestrías especializadas no son excluyentes a los MBA. Por el contrario, son un gran complemento.
¿Qué tipo de profesionales acuden más a este tipo de maestrías?
En el caso de ESAN, suelen ser coordinadores, jefes y gerentes que normalmente se desempeñan en el rubro de la maestría elegida. Ellos desean respaldar su experiencia laboral con un grado académico que certifique que son expertos en su especialidad. El rango de edad promedio es de 32 a 35 años. Aunque aún hay más hombres que mujeres, observamos que la brecha es cada vez menor, incluso en sectores como logística o proyectos.
Fuente: El Comercio. Suplemento MBA