Luis Mendiola, profesor de los Programas del área de Finanzas de ESAN, analizó en Forbes los posibles escenarios políticos y económicos que podrían desarrollarse con Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, incluyendo su influencia en el mercado del oro.
La nueva administración estadounidense, liderada por el presidente electo Donald Trump, podría aumentar la volatilidad de los mercados financieros. El profesor Luis Mendieta plantea tres escenarios posibles.
La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y su control del Congreso plantean tanto desafíos como oportunidades para el mercado del oro en 2025. Con un historial de críticas a la independencia de la Reserva Federal (Fed), Trump podría intentar influir en la política monetaria mediante nombramientos estratégicos, con el objetivo de instaurar un modelo de “Fed leal”. Esta intención abre un debate crucial sobre la autonomía de la Fed en su lucha contra la inflación y sobre cómo podría afectar al valor del oro, un activo altamente sensible a las fluctuaciones en las tasas de interés y a la estabilidad económica.
La posibilidad de una Reserva Federal (FED) menos independiente podría aumentar la volatilidad en los mercados financieros y, a mediano plazo, erosionar la confianza en el dólar como moneda de reserva global. Trump ha manifestado un claro interés en reducir las tasas de interés para estimular el crecimiento económico, al tiempo que mantiene una política fiscal expansiva, con recortes de impuestos y aumentos en el gasto. No obstante, una reducción de las tasas junto con políticas inflacionarias, como los aranceles y el déficit presupuestario, podría sobrecalentar la economía y desencadenar un ciclo inflacionario. En este escenario, el oro, históricamente considerado un refugio frente a la inflación y la devaluación del dólar, podría beneficiarse de la incertidumbre monetaria, lo que llevaría a un aumento en su demanda y precio.
Ante esta incertidumbre, se plantean tres escenarios que ilustran la interacción entre política y economía, con implicaciones significativas para el mercado del oro.
Trump consigue imponer una línea más dócil en la Reserva Federal, reemplazando a Jerome Powell y a otros funcionarios con miembros afines a su visión de tasas de interés bajas. Con una FED alineada con su enfoque, el gobierno podría implementar estímulos fiscales significativos sin encontrar resistencia en la política monetaria, lo que generaría un entorno de inflación creciente que impulsaría el precio del oro. Ante esta expectativa, los inversionistas podrían anticiparse, incrementando la demanda de oro como refugio seguro frente a la posible devaluación del dólar. En este escenario, el precio del oro podría alcanzar niveles históricos, con algunos analistas proyectando valores cercanos a los $2500 por onza a lo largo de 2025, si la inflación no es controlada.
Con Jerome Powell o un sucesor igualmente comprometido con la estabilidad de precios y dispuesto a contrarrestar los impulsos inflacionarios derivados de la política fiscal, la Reserva Federal podría mantener tasas elevadas o incluso aumentarlas, con el objetivo de frenar el crecimiento económico y controlar la inflación. Este enfoque reduciría el atractivo del oro, ya que las tasas altas tienden a fortalecer al dólar y a disminuir la demanda de activos refugio. En un entorno de inflación controlada y un dólar fuerte, el precio del oro podría estancarse o incluso retroceder, manteniéndose cerca de los $1900 por onza, mientras los inversionistas optarían por Bonos del Tesoro.
Algunos consideran este escenario como el más probable, basado en un equilibrio entre el estímulo fiscal impulsado por el gobierno de Trump y una Reserva Federal que, aunque parcialmente influenciada, mantiene cierta independencia y aplica políticas moderadas para evitar una inflación descontrolada. Se espera la implementación de políticas fiscales expansivas, como recortes de impuestos y estímulos a la manufactura, pero se enfrentarían a una FED cautelosa que aumentaría las tasas de forma gradual. Este equilibrio generaría una inflación moderada, suficiente para incentivar a los inversionistas a cubrir riesgos mediante el oro, pero sin provocar una fuga masiva hacia este activo. En este escenario de “inflación controlada”, el oro podría estabilizarse en un rango entre los $2000 y $2200 por onza, con fluctuaciones impulsadas por las tensiones comerciales y la política monetaria de Estados Unidos.
Si consideramos el entorno internacional, el análisis se torna un poco más complejo, ya que China y Rusia podrían intensificar su acumulación de reservas de oro, como respuesta a la inestabilidad del sistema financiero global y las tensiones comerciales con Estados Unidos. Bajo una administración Trump que posiblemente amplíe los aranceles y las tensiones comerciales, la compra de oro por parte de los bancos centrales de estas economías podría continuar como una forma de diversificación y protección ante el dólar. Además, la postura de Trump sobre criptomonedas, favoreciendo un entorno regulatorio más laxo, podría representar un desvío de parte de la demanda de refugio seguro hacia activos digitales, especialmente si la inflación y el dólar inestable fomentando la búsqueda de alternativas descentralizadas.
En suma, la política monetaria estadounidense en 2025 dependerá en gran medida de la relación entre la Casa Blanca y la Reserva Federal. Si la FED mantiene su independencia, el precio del oro podría experimentar una presión a la baja, ya que un dólar fuerte y tasas de interés elevadas desincentivarían la inversión en metales preciosos. En cambio, si Trump logra debilitar la autonomía de la FED, el oro podría ver un resurgimiento significativo como activo de refugio, impulsado por una inflación desbocada y la pérdida de confianza en el dólar. La pugna entre estabilidad institucional y políticas intervencionistas definirá el futuro del oro en el mercado global. ¿Podrá el gobierno de Trump establecer un equilibrio entre sus políticas de crecimiento económico y la estabilidad monetaria, o presenciará el mundo un auge del oro como refugio en medio de una inestabilidad institucional?
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