"La existencia de fuertes externalidades negativas, altos costos fijos, indivisibilidades de los proyectos e incertidumbre respecto de la rentabilidad de las inversiones en innovación y tecnología justifican la intervención estatal, especialmente a través de la reasignación del gasto en ciencia y tecnología, (así como) en la creación de fondos de estabilización y riesgo".