Parece que dentro de la agenda de los ejecutivos millennials siempre hay espacio para ser parte de los grandes eventos deportivos mundiales. Sin embargo, tengamos en cuenta algo: ya no es solo el evento en sí mismo, sino todo lo que rodea la experiencia, que se traduce en un sinfín de servicios exclusivos.

Eduardo Flores, profesor del Diploma Internacional en Marketing Deportivo y Sponsoring de ESAN, hace énfasis en que el hincha actual (joven y con poder adquisitivo) es muy distinto del de antes. "Ahora se le ofrece más que un partido: se le ofrece vivir un momento inolvidable que va desde shows previos (full day/fun experience), que pueden incluir musicales, animaciones, regalos, etc., hasta la interacción con los mismos protagonistas".

Dentro de esa vertiente reinan los paquetes Premium y Hospitality. Desde las últimas grandes competiciones, como mundiales de fútbol y olimpiadas, se han vuelto un estándar de excelencia. Natalia Ordóñez Durand, fundadora y directora creativa de Be Part of the Journey, señala que en estos casos no existen límites para lo que se puede lograr. "Desde un simple traslado del aeropuerto al hotel en helicóptero, o zonas de acceso exclusivo donde el público en general no puede ingresar, hasta conocer en persona a las personalidades de interés que sean parte de este evento".

Más allá del fútbol

Los especialistas afirman que, en líneas generales, los millennials tienen mayores ingresos y menos hijos. Eso los favorece a la hora de buscar experiencias nuevas. Buena parte de los peruanos que asistieron al Mundial de Rusia pertenecían a este grupo. Algunas cifras hablan de su dinamismo en la economía. Los créditos aumentaron en más del 7 % en el 2018 antes del Mundial. Asimismo, el promedio de gasto fue de más de US$ 5.000 durante la estadía en Rusia, y más de 21.000 peruanos llegaron a apoyar a la selección.

Flores destaca también eventos internacionales como la final de la Champions League. "Lo que ofrece la UEFA en la previa, durante y luego del partido, hace que la experiencia sea increíble", señala.

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Fuente: Revista G de Gestión