Diversificación para inversionistas pequeños: ¿cómo utilizar esta estrategia en la Bolsa de Valores de Lima?

Diversificación para inversionistas pequeños: ¿cómo utilizar esta estrategia en la Bolsa de Valores de Lima?

Luis Mendiola, docente de los programas de Finanzas de ESAN, brindó en Infobae algunas recomendaciones para inversionistas pequeños, para utilizar la diversificación como una herramienta en la Bolsa de Valores de Lima. 

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La diversificación es uno de los pilares fundamentales en la creación de portafolios de inversión y en un mercado particular como el de la Bolsa de Valores de Lima (BVL). Esta estrategia presenta desafíos únicos. La BVL es un mercado pequeño y poco líquido, comparado con sus pares internacionales, lo que genera restricciones significativas para los inversionistas locales. A pesar de estas limitaciones, la diversificación aún es esencial para reducir riesgos, sobre todo el no sistemático, y aumentar las probabilidades de obtener rendimientos estables.

Para los inversionistas pequeños que buscan iniciar sus portafolios, es importante comprender que la cantidad de acciones en las que se invierte pueden marcar la diferencia entre un portafolio vulnerable y uno robusto. En mercados más desarrollados, se considera que un portafolio de entre 15 y 30 acciones es suficiente para reducir de forma considerable el riesgo no sistemático. Sin embargo, en un mercado como el peruano, esta cifra podría ser insuficiente, sobre todo si se tiene en cuenta la concentración sectorial que presenta la BVL, dominada en gran medida por empresas mineras.

El principal problema de la BVL es su alta correlación con el precio internacional del cobre. Dado que aproximadamente el 60 % de las exportaciones peruanas están relacionadas con minerales y el cobre representa la mitad de este total, muchas empresas listadas en la BVL tienen ingresos y rendimientos altamente correlacionados con las fluctuaciones del precio de dicho metal. Incluso, al diversificar entre sectores como construcción o servicios, la correlación todavía es significativa, lo que limita la efectividad de la diversificación sectorial. Ello obliga a los inversionistas a buscar la diversificación fuera del país o mediante instrumentos alternativos, como fondos mutuos o cotizados (ETF, por sus siglas en inglés), que incluyan activos de mercados más amplios.

Una estrategia común para mitigar el riesgo en la BVL es la selección de acciones con baja correlación. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que la correlación promedio entre las principales acciones del índice S&P/BVL General es alta, sobre todo en periodos de alta volatilidad en el mercado de commodities. Por lo tanto, los inversionistas deben considerar la diversificación no solo dentro del mercado local, sino también mediante fondos o instrumentos internacionales, aunque estos impliquen mayores costos de entrada.

A nivel práctico, un inversionista pequeño en la BVL podría comenzar con un portafolio de ocho a doce acciones y elegir empresas de sectores menos cíclicos y con correlaciones menores al precio del cobre. No obstante, la reducción del riesgo será insuficiente si el portafolio se compone solo de activos locales. Invertir en fondos mutuos, ETF y notas estructuradas podría ofrecer una mayor cobertura de riesgo sistémico. Los fondos mutuos, en particular, son una opción accesible y flexible que permite a los inversionistas aprovechar una diversificación global sin los costos operativos que conlleva la gestión de un portafolio amplio de acciones.

Uno de los aspectos que más desalienta la diversificación en la BVL es la falta de liquidez. Muchos inversionistas se ven obligados a concentrarse en las pocas acciones que presentan altos volúmenes de negociación. Este factor limita no solo la selección de activos, sino también la capacidad de los inversionistas para reaccionar con rapidez ante los movimientos del mercado. La poca profundidad del mercado implica la posibilidad de que las grandes transacciones generen volatilidad adicional en los precios, lo que afecta de manera negativa los intentos de diversificación.

La volatilidad también representa un problema estructural en la BVL. En mercados como el estadounidense, los inversionistas pueden reducir de forma significativa el riesgo no sistemático con carteras relativamente pequeñas. No obstante, en la BVL, la alta exposición a factores externos como el precio de los metales obliga a los inversionistas a incrementar el número de activos para obtener el mismo nivel de diversificación. Algunos estudios sugieren que, en mercados emergentes, un portafolio de entre 40 y 50 acciones podría ser necesario para reducir el riesgo diversificable en un 90 %. Sin embargo, para un inversionista de retail con recursos limitados, esta cantidad de acciones es poco práctica.

Es importante también destacar los costos asociados a la diversificación en un mercado como la BVL. El monitoreo y la compra de una gran cantidad de acciones genera costos de transacción y de administración significativos. En ese sentido, los ETF o fondos mutuos pueden ser una solución más viable para los inversionistas pequeños que buscan diversificarse sin incurrir en altos costos de gestión. Sin embargo, estos instrumentos, aunque útiles, no son la panacea para el inversionista retail en el Perú, debido a su limitada oferta local y los costos relativamente altos.

A pesar de que la diversificación todavía es una herramienta poderosa para mitigar riesgos, los inversionistas en la BVL enfrentan restricciones significativas debido a la concentración sectorial y la falta de liquidez del mercado. Estos desafíos obligan a los inversionistas a ser creativos y considerar opciones como ETF internacionales o fondos mutuos para lograr una verdadera diversificación.

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