Nada puede responder con exactitud a las interrogantes planteadas. Nadie es capaz de predecir el futuro (aunque creo que mi esposa sí, porque siempre me recuerda "¡Te lo dije!" cuando cometo un error) y nadie le podrá asegurar que la decisión que se tome será la correcta.
Entonces, ¿para qué sirve evaluar un proyecto? La respuesta es simple. Sin información, la incertidumbre es total y la posibilidad de fracasar es mayor. Al estudiar un proyecto, se genera información para reducir esa incertidumbre. Por ello, la evaluación por sí misma no entrega la rentabilidad de la inversión, sino que solo la de uno de muchos escenarios posibles. De aquí que su importancia radique más en la formulación que en su evaluación.
La formulación es la etapa donde se definen las características del proyecto, se reducen las opciones y se busca la mejor configuración. Por ejemplo, determinando si conviene más una máquina barata con una vida útil corta u otra más cara que tenga mayor tiempo de duración; si es mejor hacer el mantenimiento interno de los equipos o tercerizar el servicio; si conviene comprar o arrendar, etcétera. Con esto, no solo se ayuda a determinar si la inversión es rentable, sino que también en qué forma se puede serlo, reconociendo los riesgos y proponiendo formas de mitigación; no solo encontrando una fuente de financiamiento sino la mejor opción.
Es importante reconocer que la predicción perfecta es imposible. Por ello, se necesita identificar las variables externas que, al cambiar, podrían hacer que un buen proyecto fracase, y se requiere definir anticipadamente planes de contingencias para dichas variables.
Como decía Fred Smith, "Una gacela se despierta por la mañana, con la salida del sol y piensa: 'Hoy tengo que correr más que el más rápido de los leones si no quiero acabar devorada por uno de ellos'. A pocos kilómetros de allí, se despierta también un león, e inicia su día pensando: 'Si no quiero morir de hambre, hoy tengo que correr más rápido que la más lenta de las gacelas'. No sé si el papel de cada uno de ustedes en su vida es ahora el de león o el de gacela. Pero, en cualquier caso, por favor, ¡corran!"
Respuestas a qué, cómo, dónde o a quién venderemos deben ser revisadas permanentemente. Lo mismo para saber quién, por qué, para quién, cuándo, cómo o dónde compran los clientes. Mirar cómo trabaja la competencia nos advertirá de qué experiencias exitosas debemos adoptar y cuáles, fracasadas, evitar. Emprender no es sinónimo de innovar. Muchas veces, innovar es la clave del éxito, ya que logra posicionar un producto diferenciado (en sabor, forma, presentación o modalidad de venta). Emprender también puede ser adoptar (copiar) experiencias positivas de otros o adaptar aquellas que, siendo buenas, requieren de ciertas modificaciones para adecuarlas al mercado al que se quiere llegar.
Para muchos, el estudio de un proyecto se inicia con un análisis FODA de la idea y de quienes quieren emprenderlo. Para mí, se inicia con un análisis FODA de la competencia. Sus debilidades son oportunidades para el proyecto y sus fortalezas, amenazas.
El conocimiento del consumidor es crucial. Yo, por ejemplo, nunca vendo los libros que escribo...escribo los libros que se venden. Tampoco un fabricante de chocolates no vende chocolates: vende regalos. Múltiples estudios demuestran que un 70% de las compras de chocolates finos se hacen para regalar. Yo, por ejemplo, a mi suegra le llevo, en su cumpleaños, en el día de la Madre y en Navidad, la caja más grande, bonita y atractiva que encuentre, independientemente de su precio. Sé que le encantan...y que es diabética.
No es fácil tomar la decisión de crear un negocio por la aversión al riesgo que la mayoría tiene. Al invertir se sacrifican ahorros que podrían ser utilizados en tantas otras cosas o se asume una deuda sin saber si se podrá cumplir con los compromisos de pago, por lo que todos quisieran saber en cuánto tiempo se recuperará la inversión y qué ganancia dejará. La evaluación del proyecto no responderá nunca con exactitud, pero reducirá la incertidumbre haciendo más fácil decidir si se emprende o no.
¿Cuál crees que es la parte más importante de evaluar un proyecto?
Director del Centro de Desarrollo Empresarial de la Universidad San Sebastián. Ha trabajado como consultor internacional. Presidente de Directorio y miembro del directorio de importantes empresas. MBA por ESAN.