"No se debe tocar lo que mejor sabe hacer una empresa, eso que le aporta una ventaja frente a su competencia. "Para ser más ilustrativo, si una empresa es excelente en calidad de servicio al cliente y así se distingue, entonces no debería reducir gastos en estas actividades. Está claro que con eso pondría en peligro aquellos que hace que la prefieran como marca. Si algo atenta contra tu identidad no debes cortarle dinero", señala el profesor Ostos.