La sociedad humana urbana actual ha alcanzado a finales del siglo XX el máximo esplendor económico y tecnológico jamás antes visto gracias a la existencia de recursos fósiles que se creían infinitos y de fácil acceso. La disponibilidad de una energía barata e infinita permitió crear un sistema económico basado en la idea del continuo e incesante crecimiento y en el crédito y la publicidad como motor del crecimiento.
El concepto de crecimiento infinito, inherente a las sociedades industriales, apareció gracias, precisamente, a la capacidad de generar más bienes y riquezas por la disponibilidad de recursos y materia primas de fácil acceso y baratas. Actualmente, es difícil encontrar un político que hable contra el crecimiento económico, es necesario crecer y mantener el business as usual; decir lo contrario, es un suicidio político.
Grave e irresponsable error difundir la idea del eterno crecimiento. Creer que se puede crecer infinitamente en un mundo finito con recursos que tienen límites físicos perfectamente definidos o definibles es no prever con seriedad el futuro y tener una visión cortoplacista y desinformada de la situación energética actual en el mundo.
En la figura 1 se observa la relación entre la demanda de energía en toneladas equivalentes de petróleo y el producto interior bruto en el mundo en diferentes y recientes décadas. Se deduce claramente que para generar mayor riqueza es necesario consumir mayor energía, principalmente fósil. La figura 1 pertenece a la Agencia Internacional de la Energía, agencia que se encarga de elaborar las estrategias energéticas a largo plazo de los países industrializados, por tanto, nada antisistema.
Figura 1: Relación entre energía primaria y PIB en diferentes décadas, AIE.
Figura 2: Relación entre energía primaria y PIB en la OCDE, Non-OECD y en el mundo, AIE.
En la figura 2 se observa la relación entre energía primaria y PIB en los países ricos pertenecientes a la OCDE y en los países no pertenecientes a la OCDE a finales de 2011. Mientras los países ricos no necesitan consumir tanta energía para generar más riqueza, los países menos industrializados necesitan consumir mucha para incrementar el nivel económico de sus habitantes.
La sociedad humana actual ha creado sociedades en las que la generación de riqueza se basa en el consumo de grandes cantidades de energía, por tanto, la estabilidad económica de esas sociedades depende del consumo energético para la producción de bienes de consumo.
Además, dada la gran desigualdad en el consumo energético y en la capacidad de generar riqueza entre los diferentes países del mundo, creer que los miles de millones de seres humanos que actualmente están por debajo del promedio mundial de consumo energético estarán algún día al nivel de los países ricos es simplemente ciencia ficción (figura 3). No existen recursos materiales para tal sueño.
Figura 3: Consumo de energía primaria y PIB per cápita por países.
La historia del petróleo es la historia de la humanidad en los últimos 150 años. El petróleo ha permitido el acceso a una energía altamente concentrada y barata que se ha convertido en el motor del alto nivel industrial alcanzado por algunas sociedades humanas en el siglo XX y XXI, pero también ha creado grandes desigualdades y miseria en muchos países del planeta.
En la figura 4 se observa la evolución del precio del petróleo desde el 2003 hasta mediados de 2012. El precio del petróleo se incrementa de forma constante desde el 2003 hasta el 2008, debido al incremento del consumo en países emergentes como China, India, Brasil, Sudáfrica y Rusia, entre otros. A inicios de 2003, el precio del barril de petróleo era de 20 dólares. En julio de 2008, el precio del barril de petróleo superó los 145 dólares. Pocas economías pueden resistir tremendo desajuste de precios.
Figura 4: Evolución de los precios del petróleo entre el año 2003 y 2012.
La economía americana es altamente dependiente del petróleo. Estados Unidos consume más de 20 millones de barriles de petróleo al día. El sistema de transporte americano se centra en el empleo masivo del coche privado. En Estados Unidos existen 700 coches por cada mil personas. No es difícil deducir que ante el constante incremento de los precios de los derivados del petróleo, los usuarios del coche privado se hayan visto obligados a dedicar una mayor parte de su salario a la compra de gasolina y, por tanto, a reducir el consumo de otros bienes (ropa, comida, aparatos electrónicos, etc.). Además, el incremento del precio del petróleo produjo el aumento del precio de los alimentos y de muchas otras materias primas, acentuando la reducción de consumo de bienes.
La reducción del consumo en Estados Unidos causó el cierre de fábricas de producción de bienes y servicios y la recesión de la economía americana en el 2007. Los ciudadanos americanos perdieron sus trabajos y salarios, y por tanto, su capacidad de consumir a niveles anteriores y de cumplir con las deudas contraídas con los bancos, acentuando la recesión económica y generando la crisis financiera, resultado del incesante incremento del precio del petróleo entre el 2003 y 2008.
En Europa, la existencia de un transporte público más estructurado y electrificado permitió un retraso de la llegada de la crisis económica. No obstante, la crisis llegó a Europa, con los mismos efectos que en los Estados Unidos, paro e incapacidad económica para afrontar gastos y deudas. Asimismo, la alta dependencia fósil de la estructura económica de los países mediterráneos ha acentuado la crisis en países como España, Italia y Grecia.
En el Perú, se ha pasado de 40 automóviles en el 2005 a 70 automóviles por cada mil personas en el 2011. El incremento del número de coches en los últimos 8 años se debe a la intervención del Estado a través del Fondo de Estabilización de combustibles, que se ha convertido en un subsidio directo para las clases pudientes del país y es el principal causante de una absurda dependencia energética del petróleo.
La Agencia Internacional de Energía opina que los países más pobres del mundo no serán capaces de soportar las consecuencias del incremento del precio del petróleo durante un largo periodo de tiempo. En mayo de 2004, la AIE informó que un incremento de 10 dólares por barril de crudo, podría reducir en un 1.6 % el producto interior bruto de los países más pobres. En los países pobres del África subsahariana un incremento en 10 dólares del precio del barril, puede provocar la pérdida de un 3% del producto interior bruto.
Ante un escenario de precios elevados del petróleo, los diferentes sistemas económicos del mundo deberían invertir tiempo, recursos y esfuerzos en evaluar las posibilidades de evitar el colapso económico debido a la imposibilidad de adquirir petróleo a precios inadmisibles y elaborar planes estratégicos de despetrolización de sus economías.
Además de la especulación de los mercados de futuro, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, los accidentes en las zonas de producción petrolífera y las limitaciones del volumen de refino del petróleo en las refinerías, la principal causa del incremento del precio de petróleo es la escasez del mismo y las dificultades de las empresas de extracción de garantizar la continuidad del suministro de crudo.
En la figura 5 se muestra el precio de los diferentes tipos de petróleo que se extraen para cubrir la demanda mundial. Se deduce, claramente, que el incremento de la demanda de petróleo y la escasez de petróleo convencional en el mundo en los últimos años exige la búsqueda de petróleos no convencionales, más caros y más difíciles de extraer. La oferta a duras penas puede seguir el incremento de la demanda.
Figura 5: Costo de los petróleos convencionales y no convencionales.
Los crudos no convencionales y biocombustibles marcan el precio marginal del precio del crudo internacional. Los costos indicados no incluyen las emisiones de CO2. La búsqueda y extracción de petróleo en zonas polares, en aguas profundas o en yacimientos de pizarras bituminosas o arenas asfálticas demuestran de forma inequívoca que el petróleo se agota y se ha convertido en una materia prima escasa y de difícil extracción, por tanto, se puede afirmar que el petróleo barato ya llegó a su fin.
La importancia del pico del petróleo está asociada a la garantía del suministro energético mundial, por tanto, la incertidumbre de disponibilidad de este recurso afectará a todas las actividades económicas que se desarrollan en cualquier país moderno y a los hábitos y costumbres cotidianos de las sociedades modernas con una gran adicción al petróleo.
El pico del petróleo no es un tema novedoso, fue propuesto por el geofísico M. King Hubbert en 1956, quien describió el comportamiento de un pozo de petróleo a lo largo de su vida de producción y predijo que el pico de petróleo en los Estados Unidos se alcanzaría el año 1970.
Según datos de British Petroleum BP en el 2009, en relación a la producción de crudos convencionales (crudos ligeros y condensados de gas natural), 30 de los 54 estados productores de petróleo han superado el cenit de producción, 10 han entrado en una suave reducción de la extracción de petróleo y tan sólo 14 continúan aumentando su producción anual. Rusia es el único país que ha incrementado su producción después de muchos años de reestructuración de su industria petrolera, pero aún no ha alcanzado la producción previa a la disolución de la Unión Soviética en 1991.
La Agencia Internacional de la Energía en el informe "World Energy Outlook 2010″ indicó que la producción de crudo ligero convencional se había estabilizado en unos 70 millones de barriles diarios en el 2006. La industria petrolera considera que existen pocas probabilidades que la producción actual de crudo ligero sea superada y existen pocas probabilidades que se alcancen los 100 millones de barriles de producción diaria en petróleo convencional y no convencional (figura 6).
Figura 6: Producción diaria de producción de petróleo convencional y no convencional.
En la figura 6 se observa una reducción de 43 millones de barriles diarios (excluyendo los aumentos de producción obtenidos a partir de la aplicación de técnicas de mejora de la recuperación de los pozos depletados). Esto implica que entre el 2010 y 2030, para mantener la capacidad de producción al nivel de 2010 y cubrir los posibles incrementos de la demanda prevista de aproximadamente 21 millones de barriles diarios en ese periodo, es necesario que la industria petrolera descubra nuevos yacimientos con una capacidad productiva cercana a los 64 millones de barriles diarios, un volumen equivalente a seis veces la producción actual de Arabia Saudita en un día.
Asimismo, la Agencia Internacional de la Energía pronostica una importante tasa de declive de los actuales yacimientos de petróleo, figura 7. Al nivel actual de declive, la producción de crudo convencional en el 2015 sería de 51 millones de barriles diarios en el 2015 y de 27 millones de barriles diarios en el 2030.
Figura 7: Niveles de declinación de la producción de los yacimientos de petróleo en el mundo, AIE.
La reducción de los descubrimientos de yacimientos de petróleo es otro indicador muy inquietante que corrobora la gravedad del agotamiento de este preciado recurso fósil a pesar del espectacular desarrollo de la tecnología de exploración y las técnicas de aprovechamiento de los pozos depletados, así como el acceso a zonas anteriormente inexploradas (regiones polares, aguas profundas y ultraprofundas).
Los escenarios posibles ante un ineludible desabastecimiento mundial del crudo podrían ser los siguientes:
El petróleo al ser un recurso fósil tarde o temprano se acabará y la discusión se deberá centrar en el reemplazo de este combustible en sociedades humanas urbanas con una elevada adicción a los derivados del petróleo. Es indiferente que el agotamiento del petróleo se alcance en 10, 20 o 50 años, lo imprescindible es estar preparados para una situación de escasez energética que transformará la concepción de la vida tal como se concibe actualmente.
Los colapsos económicos de antiguas sociedades humanas -Ur, Micenas, Isla de Pascua- se debieron al agotamiento de los recursos energéticos que sustentaban sus actividades económicas; es decir, las crisis energéticas preceden a las crisis económicas.
El petróleo ha superado el denominado pico de producción, lo que sugiere que las sociedades deficitarias en este preciado recurso energético, como el Perú, deberán adaptarse a un periodo de la historia de escasez y reducción en la producción y consumo de petróleo, y por tanto, de reducción de la producción de bienes y riquezas.
Si la producción de petróleo se reduce indefectiblemente, esto declinaría también la capacidad de generar riqueza por las sociedades humanas (figura 1). La crisis económica, por tanto, no tendrá fin, solo queda esperar su llegada al Perú y preparar al país para ese inexorable momento.
El desafío más complejo de la sociedad peruana, que deberá afrontar en un horizonte de tiempo muy corto, es la construcción de un modelo económico basado en el aprovechamiento masivo de recursos renovables, en el ahorro y en la eficiencia energética, y en la reducción de las emisiones de efecto invernadero inherentes a las actividades económicas.
La premisa fundamental de esta afirmación es sencilla: el petróleo, el recurso fósil más importante para la economía globalizada y base de infinidad de productos industriales, ha entrado en una fase de imparable agotamiento y se encarece debido a su extracción en lugares inhóspitos y con tecnologías muy complejas.
Doctor en Ingeniería Eléctrica por la Universidad Carlos III de Madrid, Máster en Energías Renovables por la Universidad Europea de Madrid-Iberdrola, Ingeniero Eléctrico, especializado en Sistemas y Redes Eléctricas por el Instituto Politécnico de Bielorrusia. Fue Director del Máster Oficial en Energías Renovables, Universidad Europea de Madrid. Es Consultor Internacional, Especialista en Energías Renovables y Eficiencia Energética.
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