Los vehículos eléctricos han llegado al Perú, pero aún se necesita la infraestructura para su recarga y la implementación de leyes y normas de estandarización que promuevan su venta masificada.
Si bien hay iniciativas que se han dado hasta la fecha (Porsche ha iniciado el cambio mediante la venta de autos híbridos enchufables, con el modelo Panamera, mientras que la empresa china BYD introdujo el primer bus eléctrico al país y tendría 200 más ad portas de arribar), el reto pendiente es definir las políticas públicas que impulsen el abandono progresivo del combustible tradicional y un cambio de cultura general en la población.
Los automóviles eléctricos tienen una aceleración fuerte y continua que los hace mucho más eficientes que un motor de combustión interna. También son más silenciosos, lo cual reduce la contaminación sonora en las ciudades. No emiten gases contaminantes y, según el método que usen para generar la electricidad empleada, su uso conlleva una significativa reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
Además de estos beneficios oficiales, los autos alternativos también poseen múltiples ventajas para sus dueños. Una de las más importantes y atractivas es el casi nulo mantenimiento que requieren, por su bajo número de piezas, si lo comparamos con un vehículo que utiliza hidrocarburos para funcionar. Asimismo, el usuario también ahorrará el monto que antes invertía en gasolina e impuestos, según la normativa establecida.
En el Perú, si bien Porsche lleva la delantera, sus competidores empiezan a nivelarse. Jaguar Land Rover estima que el Perú será uno de los tres primeros países latinoamericanos donde llegarán sus autos eléctricos. Por su parte, Nissan ya está realizando estudios en el país como mercado potencial para estos modelos, mientras que Hyundai alista un dinámico plan de lanzamiento de híbridos y eléctricos hacia el 2022.
Uno de los sectores más atractivos para las empresas especializadas en vehículos eléctricos es la minería. Sin embargo, aún se requiere convencer a las compañías de su eficiencia en los trabajos de las minas. Un caso reciente ha sido la española QEV Tech, que ha iniciado conversaciones con mineras peruanas para elaborar prototipos de vehículos eléctricos e incluso evalúa instalar una fábrica en el Perú.
En diciembre del 2018, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) modificó el Reglamento Nacional de Vehículos (RNV) para incorporar al parque automotor más vehículos de vanguardia en las nuevas tecnologías, como el uso de energía eléctrica. La modificación del RNV también permite regular el uso de motocicletas y bicimotos que funcionen con electricidad, al incorporarlas a la categoría L. Gracias a ello, podrá reconocerse la potencia de estos vehículos menores, sin hacer distinción de aquellos que posean otros medios de propulsión, como la energía solar. En esta línea, todos deben tener placa de rodaje, tarjeta de propiedad y Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT).
Los conductores deberán obtener licencia de conducir B2 en la autoridad de transporte de su jurisdicción. Si conducen motocicleta, también requerirán un certificado de Inspección Técnica Vehicular, que deberá renovarse cada cuatro años. Asimismo, todo ensamblaje o modificación necesaria tiene que realizarse en plantas autorizadas por el Ministerio de la Producción, como una medida importante para combatir la informalidad.
Si bien estos cambios han generado cierta molestia en los usuarios debido a las nuevas obligaciones que tienen, es importante destacar el objetivo de fondo: fomentar la formalidad y al mismo tiempo proteger a las personas que los utilizan.
Para poder masificar la venta y uso de los vehículos eléctricos en el país, es necesario que tanto el sector privado, el Estado y la sociedad trabajen de la mano en el desarrollo de los siguientes aspectos:
Los fabricantes e importadores de autos deben reunirse con las generadoras y distribuidoras de energía para alinear estrategias y definir un mismo tipo de infraestructura para todas las marcas que comercialicen vehículos eléctricos. Por ejemplo, definir qué tipo de enchufe se tendrá.
Las empresas eléctricas deben planificar la instalación de infraestructura en domicilios y carreteras para proveer a los usuarios de estaciones de carga. Para ello, es necesario contar con estándares de conectividad.
Las marcas del sector automotriz deben esforzarse más en traer modelos híbridos enchufables al país e impulsar su venta para acostumbrar al público objetivo a utilizar luego vehículos totalmente eléctricos.
Las generadoras eléctricas deben alistar estrategias para promover buses y taxis eléctricos, comercializar sus propias marcas de estaciones de recarga y luego cerrar contratos de suministro energético con usuarios de vehículos eléctricos.
Desde las municipalidades resulta necesario que fomenten y luego obliguen la instalación de centros de carga en los lugares públicos como malls, parques, etc. para justamente darles las facilidades de uso a los conductores. Aquí, es pertinente señalar que ya Surco ha comenzado con los estudios para la implementación de esta medida.
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Fuente: Stakeholders