El sector salud es uno de los más complejos del mundo. A diario, las instituciones públicas y privadas (hospitales, clínicas, centros de investigación, etc.) procesan miles de datos con el propósito de alcanzar tres objetivos: mantener un adecuado control de registro, mejorar la calidad asistencial y reducir gastos.
Sin embargo, la mayoría de datos no se toman en cuenta. Un estudio realizado por McKinsey Global Institute detalla que el 90 % de los datos generados por los proveedores de salud en todo el planeta son ignorados. Esto genera la siguiente pregunta: ¿qué deben hacer las instituciones del sector para procesar eficientemente todos los datos que generan a diario?
Con el desarrollo de la tecnología, ha surgido la solución: el big data. Se conoce así al conjunto de datos cuyo tamaño, complejidad y velocidad no pueden ser procesados o utilizados mediante herramientas tradicionales. Sin embargo, su utilización en el sector salud es más compleja de lo que parece. Xiling Sheng, director del Centro Woo para Big Data y Medicina de precisión de la Universidad de Duke (Estados Unidos), asegura que la aplicación del big data en salud es distinta que en otros sectores por tres motivos. Estos son: la regulación existente en cada país, la privacidad de los pacientes y los estándares de seguridad que tienen las instituciones.
"El big data se convertirá en el gran aliado de la salud siempre y cuando el sector se ordene primero". Así lo indica Richard Moarri Nohra, docente del curso Inteligencia de Negocios (Business Intelligence) del PEE de ESAN. "El big data puede tomar y procesar información de tomógrafos, historias clínicas o prescripciones, pero si las máquinas se malogran, las historias se hacen a mano y las prescripciones se pierden, no hay nada que se pueda hacer", argumenta el especialista.
Para aprovechar el big data, "el sector salud deber asumirse como un roadmap de proyectos tecnológicos", señala el académico. "Eso significa que debe contar con iniciativas propias, validar los procesos y luego implementar nuevas tecnologías (sistemas integrados, inteligencia de negocios), siendo el big data el último eslabón de la cadena". La Universidad de Duke, por ejemplo, creó una aplicación que le permitía realizar un diagnóstico temprano del autismo. Utilizando la cámara frontal de un teléfono celular, podía validar el comportamiento de los niños. La aplicación tuvo más de 10 mil descargas y fue usada por más de 1700 familias.
El big data es un elemento importante para el crecimiento del sector salud. La calidad de servicio brindado a los pacientes mejorará notablemente si todos los datos se procesan de manera rápida y en el momento adecuado. Sin embargo, es necesario que la innovación en el sector esté apoyada por políticas públicas que permitan una adecuada transformación digital.
Fuentes:
Entrevista a Richard Moarri Nohra, docente del curso Inteligencia de Negocios (Business Intelligence) del PEE de ESAN.
McKinsey Global Institute. Big Data: The next frontier for innovation, competition and productivity.
Clarín. "El impacto del big data en la práctica médica se verá en los próximos 5 a 10 años".
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