En general, podemos decir que una empresa depende de los resultados que obtiene. Si tiene una mayor utilidad vale más y viceversa, si tiene utilidades bajas tendrá menor valor. Pero ¡cuidado! puede ocurrir que teniendo utilidades no construya valor, aunque parezca increíble y este tema es de suma importancia para comprender los distintos niveles de los gestores en su empresa.
Antes de reconocer el valor de una empresa, recordemos algunos antecedentes. Si me aproximo a cualquier empresa, esta tendrá un Balance General (nótese en el cuadro), en el que su tamaño en términos contables que denominamos Activo, sobre el cuál tienen derechos los acreedores con los cuales se tienen deudas, que en conjunto se denomina Pasivo, y la diferencia es el derecho de los accionistas o el Patrimonio.
En el ejemplo, la empresa MAG Industrias tiene un tamaño contable o Activo de $10.5 millones, deudas o Pasivo por $4.3 millones y un valor contable del Patrimonio por $6.2 millones. Fíjense que la primera aproximación que tenemos al valor de una empresa es el Patrimonio contable.
Una primera aproximación al valor patrimonial de una empresa sería pensar en: ¿cuál es el flujo de beneficios que tienen los accionistas por su inversión? La respuesta sería los dividendos que obtendrán en el tiempo que resultan de la utilidad que obtiene la empresa.
Por lo anterior, obtendremos una primera relación a partir de la utilidad. Para eso debemos tener presente que la remuneración que tiene un acreedor por un préstamo que realiza o un ahorrista por el depósito que realiza en una entidad financiera es el interés, del mismo modo la remuneración que tiene un inversionista en una empresa (Patrimonio) es la utilidad que obtiene la empresa.
Por lo tanto, podremos decir que la Utilidad Esperada que debe obtener un inversionista en su inversión (Patrimonio) a un determinado Costo de Capital (k):
Esto significa que si el costo de capital de la empresa de nuestro ejemplo es 10%, entonces:
Observamos que la empresa, para mantener el valor patrimonial, debe obtener al menos $620,000. Entonces si obtiene una utilidad por ejemplo de $300,000 debe significar una pérdida para los accionistas; y si obtiene una utilidad de $720,000, habrá un beneficio adicional para ellos. Pues estos efectos podemos establecerlos invirtiendo la fórmula anteriormente mostrada.
Es decir, el Valor Financiero del Patrimonio será en el primer escenario de $3´000,000 (Utilidad de $300,000 / K=10%) y en el segundo de $7´200,000 (Utilidad de $720,000 / K=10%). Observemos que en el primer caso los accionistas han perdido patrimonio porque, a decir de los números contables, han invertido $6´200,000 y el negocio solo genera un valor de $3´000,000.
Sin embargo, en el segundo caso, el patrimonio de los accionistas se ve favorecido con un valor de $7´200,000, superior a lo invertido en el negocio ($6´200,000). Entendamos que esta apreciación financiera se debe a que se han generado las utilidades superiores a las mínimas esperadas.
Esta reflexión nos lleva a pensar que el objetivo de valor de la empresa es la utilidad que obtendrá, que debe ser mayor al rendimiento esperado por los accionistas para que paulatinamente se vaya apreciando el patrimonio de los accionistas.
Esta es la primera parte del concepto del "valor de mi empresa". Espero les haya servido la metodología, que en mi opinión resume lo más importante y simple de realizar. Más adelante presentaré una segunda entrega donde mencionaré las divisiones del patrimonio, el capital social y sus implicancias en el valor de una empresa.
Teniendo en cuenta dicha metodología, ¿qué dificultades se le ha presentado al calcular este valor?
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Entérate más sobre este tema en: ¿Cuánto vale mi empresa? Parte II y ¿Cuánto vale mi empresa? Parte III
Ph. D. en Ciencias de la Administración por ESADE. Ha sido Viceministro de Transportes, Presidente de los Comités Especiales de Promoción de la Inversión Privada de Infraestructura y Servicios Públicos (CEPRIS).
El Balance General, o estado de situación financiera, muestra, a una fecha determinada, el nivel de inversiones realizadas por una empresa y la forma en que estas han sido financiadas.
La tasa interna de retorno (TIR) es un indicador fundamental para evaluar la rentabilidad de las inversiones realizadas por empresas o accionistas, ya que proporciona el porcentaje de ganancias o pérdidas que genera la inversión en relación con la cantidad invertida.
El valor actual neto permite evaluar las inversiones actuales o potenciales, ya que proporciona una estimación del valor agregado que una inversión puede generar.