¿Será negocio para el Estado peruano vender energía eléctrica al vecino país del sur? Depende de qué entendemos por Estado. Entonces vayamos por partes: ¿será negocio para el consumidor de electricidad peruano, ya sea doméstico o gran consumidor?
Si se aplicara el modelo marginalista, sobre el cual se basa el mercado mayorista de electricidad en el Perú, sería mal negocio, ya que el resultado directo de la exportación sería un incremento de demanda con el consiguiente aumento en los costos de producción y, por tanto, del precio al consumidor final. Sin embargo, esa posibilidad está negada porque es consenso en la comunidad normativa y regulatoria del sector eléctrico que tal cosa no es políticamente aceptable. En esta línea, cualquier regulación que se emita al respecto considerará una especie de doble contabilidad para que el efecto de la exportación no llegue los precios locales.
Entonces, parecería que el efecto directo en el consumidor es neutro, ni bueno ni malo. Un efecto indirecto que implica beneficio para el consumidor peruano es que, si está bien hecha, la interconexión con otro sistema eléctrico de tamaño equivalente o mayor, siempre incrementa la confiabilidad y la capacidad de reaccionar ante emergencias.
En la otra orilla, si por Estado entendemos al gobierno, definitivamente que es negocio. Para poder sostener la exportación de electricidad por un período razonable se deben hacer nuevas inversiones en centrales de generación. Estas inversiones, que son de gran magnitud, traen consigo puestos de trabajo y desarrollo en las zonas de influencia de los proyectos, efectos muy preciados por el gobierno de turno porque mejora la percepción de la población.
Es negocio también porque al gobierno le interesa, o le debe interesar, que las empresas dentro del territorio nacional sean saludables, tengan ganancias que les permitan reinvertir y ampliar el negocio (crear más puestos de trabajo, etc.), y que paguen más impuestos a la renta, lo cual finalmente permitirá ampliar la inversión en los sectores de educación, salud, seguridad, entre otros.
Entonces, parece ser que en general, sí sería negocio exportar electricidad a Chile o a cualquier otro mercado en el cual el precio del producto peruano (la electricidad) sea competitivo.
¿Considera usted que el Perú debe exportar energía eléctrica al vecino país del sur?