Anécdotas como la del empresario latinoamericano que llega a una cita de negocios en Tokio y saluda dando besos a las ejecutivas, o la de preparar una mesa con muchos licores para unos empresarios árabes, van convirtiéndose en casos aislados en este entorno competitivo, donde debemos estar listos para afrontar estos aspectos que en muchos casos terminan siendo más importantes que la negociación en sí.